* Artículo publicado originalmente en la revista Metropolis Magazine, por Samuel Medina.
El viernes pasado, una monja hizo un llamado avisando que la Capilla de Ronchamp de Le Corbusier, considerada por muchos como una de las obras arquitectónicas fundamentales del siglo pasado, había sido objeto de vandalismo. Cuando la policía llegó a la escena, se encontraron con que el acceso había sido forzado, además de un vitral roto y daños en el hormigón. Una evaluación inicial del departamento de monumentos históricos dice que el vitral -que sería una ilustración original del arquitecto- ya no puede repararse, generando un daño invaluable y dejando en evidencia el deterioro general del edificio.