Le Corbusier es el primer y el referente directo del arquitecto colombiano Rogelio Salmona, pues colaboró en una de las etapas más fértiles y productivas del atelier: el tiempo de la unité d’habitatión de Marsella, Ronchamps, Chandigarh y Ahmedabad, abordando desde los problemas de la habitación hasta los de la arquitectura monumental, incluidos los urbanos.
Con Le Corbusier, Salmona aprendió a repensar la ciudad y las implicaciones sociales del urbanismo, la responsabilidad en su evolución y la importancia del papel de la arquitectura como configuradora del espacio público.
En esta experiencia el arquitecto bogotano también aprendió a disentir de las teorías y postulados modernos y con ello investigó y elaboró una obra que buscaba la esencia de la arquitectura.