
Al pensar en Japón, lo primero que viene a la mente son las bulliciosas calles de Tokio, los antiguos castillos fortificados y los ríos adornados con cerezos en flor en las áreas urbanas. Sin embargo, poco se habla sobre un problema en el mercado inmobiliario que está ocurriendo actualmente en el país: Akiya, un término japonés que se traduce como casa vacía. En 2024, el número de Akiya en Japón alcanzó un récord de nueve millones de unidades. Algunos creen que en la raíz del problema está la despoblación. Cuando las casas se transmiten por herencia familiar, a menudo se convierten en cargas en lugar de activos. A medida que las generaciones más jóvenes se trasladan cada vez más a las ciudades o deciden vivir en departamentos, generalmente no tienen interés en vivir o mantener la antigua casa familiar, especialmente si se encuentra en una zona menos conveniente o rural. Ciudades como Tokio ven un menor número de Akiya debido al elevado precio de los terrenos. Sin embargo, problemas como los altos costos de adaptar la casa a las nuevas regulaciones sísmicas y una mayor tributación sobre terrenos vacantes, aún causan que la gente las abandone incluso en áreas urbanas.