Como catalizadores de la democratización, los espacios educativos tienen un papel fundamental en la formación de personas y comunidades. Estos sitios, donde los estudiantes invierten una cantidad importante de tiempo en el desarrollo de capacidades, habilidades y competencias, son más que un telón de fondo para la promoción de un derecho fundamental, son elementos clave para brindar equidad de oportunidades para todos.
Las instalaciones comunes abiertas como patios, jardines y auditorios son excelentes ejemplos de cómo los espacios pueden alentar a los estudiantes, maestros, padres y miembros de la comunidad a aprender unos de otros en un diálogo activo. La flexibilidad y la accesibilidad también son puntos clave para promover la democratización tanto del diseño como de la educación, como se ve por ejemplo en programas que van más allá del horario escolar y animan a las comunidades a involucrarse.