Originalmente publicado en Metropolis Magazine como “Museos emblemáticos, renderizados en pan de jengibre,” Samuel Medina hace un seguimiento a un divertido proyecto que da a conocer edificios de fama mundial a través de distintos tipos de dulces.
Si Hansel y Gretel se hubieran tropezado con una de estas estructuras de azúcar, seguramente habrían tomado la dirección opuesta. Oscura, sombría y aprensiva, la arquitectura de confitería parece más provenir de El "Extraño Mundo de Jack". Sin embargo, el proyecto realizado por la artista Caitlin Levin, que utiliza alimentos para confeccionar su obra y, el fotógrafo Henry Hargreaves está sin duda en deuda con la gótica puesta en escena del mundo subterráneo, una tierra triste pero caprichosa, donde uno se puede encontrar con una retorcida doppelganger de chicle de Tate Modern o el MAXXI de Zaha Hadid.
Conoce más sobre el proceso detrás de este proyecto a continuación