La cocina ha sido y es el centro de la vivienda, pero su uso ha cambiado mucho en los últimos años. No hace mucho tiempo, la cocina era el lugar de la comida, hoy, sin embargo, existen diferentes usos de la cocina que se podría dividir en dos grupos: la cocina como espacio funcional, donde simplemente se pasa por ella; y la cocina como espacio social, se transforma en el espacio de los sentidos, donde uno se convierte en creador, productor y comunicador, te invita a permanecer en ella y no solo a pasar por ella.
Esta dualidad de usos requiere de un diseño flexible que por medio de la tecnología y el diseño, reduciendo los elementos a lo básico, sea capaz de adaptar la cocina tanto en un espacio de paso como en un espacio de reunión. La claridad de las funciones toma la misma importancia que lo meramente decorativo.