Como ocurre cada año, la entrega del premio Pritzker expande -por unos días- las fronteras del circuito profesional, convirtiéndose en materia de reportaje para los medios de prensa masiva. Con el anuncio, el premiado convierte automáticamente su obra en un sello de vanguardia para el interés de estudiantes, colegas, políticos, editoriales y el exclusivo mercado de mandantes.
Por otra parte, la selección del Jurado inevitablemente reactiva en el público general la discusión en torno a una pregunta –honesta, ingenua, majadera o insidiosa, según quién y cuándo la realice- acerca de quiénes son los mejores exponentes de la arquitectura, pues el Prtizker no le toma el pulso a un momento exacto del mercado ni levanta ganadores de la temporada como los premios Oscar, sino reconoce con honores una destacada trayectoria: a aquellos quienes “hacen una contribución significativa y consistente hacia la humanidad”, como lo define el Jurado, o, a ese momento “cuando alcanzas el máximo nivel en la profesión”, como argumentó tiempo atrás Shigeru Ban para creer que no era el próximo japonés en la lista del premio. No obstante, es probable que entre quienes abran el periódico para encontrarse con la noticia del Pritzker, más de alguno se preguntará –o consultará a algún amigo(a) arquitecto(a)- por curiosidad o interés: ¿quiénes son los arquitectos más famosos del mundo?