La historia de lo que ahora es la República de Bielorrusia es turbulenta. Ha formado parte del Imperio Ruso; fue ocupado por los alemanes durante las dos Guerras Mundiales; se dividió entre Polonia y la Unión Soviética; y finalmente declaró su independencia en 1991. Aunque Bielorrusia es ahora una nación independiente, es también una dictadura aislada que en algunos sentidos permanece intacta desde los años noventa, y es visto tanto cultural como arquitectónicamente, como un túnel del tiempo, una ventana a la vida durante la Unión Soviética.
Recientemente el fotógrafo Stefano Perego ha documentado el legado arquitectónico soviético de Bielorrusia construido entre la década del 60 y 80, y ha compartido con ArchDaily un set de imágenes de su travesía por el país europeo.