Cuidadosamente diseñada o relegada a su mera funcionalidad, la iluminación puede ser un elemento determinante en la calidad de un espacio, influyendo en la manera en que este es percibido y habitado por el usuario.
Aunque han sido incorporadas por décadas como un objeto claramente independiente del resto de los elementos arquitectónicos, las diferentes fuentes de luz artificial parecen estar compenetrándose cada vez más con los muros, techos y suelos de las edificaciones, desapareciendo casi completamente para hacer aparecer su resplandor sólo cuando el usuario lo necesita. ¿Cómo iluminar sutilmente un edificio y al mismo tiempo generar atmósferas de alto impacto?