Los últimos años, el campo arquitectónico argentino se ha ido conformando por un grupo de jóvenes arquitectos que trabajan en búsqueda de una arquitectura que responda de manera innovadora a las necesidades contemporáneas y por sobre todo, a los contextos locales. Sumando además los intereses y miradas individuales, entre ellos, podemos destacar el trabajo que han ido desarrollando los arquitectos Tomás Balparda y Fernando Brunel.
“Moviendo Masas” es el lema bajo el que se enmarca este año el Foro Mundial de la Bicicleta, que tendrá lugar por primera vez en Argentina. Un evento internacional que se repite año a año en diferentes ciudades del mundo y se dirige a todos los ciudadanos con un objetivo central: impulsar la movilidad sostenible. Desde su lema, la propuesta plantea representar el movimiento de masas, de personas, del río, de bicicletas, de ideas y de energías. Pero ¿cómo lograr que nuestras ciudades sean más inclusivas y equitativas? ¿qué infraestructuras pueden implementarse para fomentar una movilidad sostenible?
Con la inauguración de la 17ª Bienal de Arquitectura de Venecia, 60 naciones de todo el mundo mostraron respuestas únicas a la pregunta "¿Cómo viviremos juntos?". Ni la pandemia ni sus repercusiones se interpusieron en el proceso creativo de los comisarios. En cambio, lo tomaron como un factor para explorar cómo la noción de 'vivir juntos' ha cambiado durante el año pasado, y cómo puede reimaginar entornos mejores construidos. ArchDaily tuvo la oportunidad de reunirse con el arquitecto Gerardo Caballero, a la cabeza del Pabellón de Argentina, para discutir cómo surgió el material innovador del pabellón y qué significa para el futuro de la arquitectura.
El Programa de Crédito Argentino del Bicentenario para la Vivienda Única Familiar, usualmente conocido como PRO.CRE.AR, es un programa creado en el año 2012 por el gobierno nacional de Argentina para apoyar e incentivar la construcción de nuevas viviendas en el país a través de créditos económicos. Mediante este programa, muchas familias accedieron a la posibilidad de materializar su primera vivienda propia lo cual, a la vez, generó un incremento en la demanda del diseño y la construcción de obras nacionales. De esta manera, los créditos de viviendas también les abrieron las puertas a oficinas y estudios jóvenes para producir y construir arquitectura local, sorteando las limitaciones impuestas por el marco económico del propio crédito y sus condicionantes de superficie y tiempo.
Que el espacio verde público se ha revalorizado luego del confinamiento por la pandemia de coronavirus es innegable. En ciudades de todo el mundo, las plazas, los parques, los clubes y las zonas ribereñas comenzaron a adquirir un papel fundamental. Estos espacios supieron dar respuesta a las necesidades de ocio, descanso e intercambio colectivo de los habitantes que, en muchos casos, estuvieron meses confinados en sus viviendas privadas, comportándose como ágoras dentro del denso tejido urbano de las ciudades. Además de presentarse como espacios de esparcimiento y encuentro ciudadano, ONU-Habitat afirma que estas áreas verdes inciden directamente en la mejora de las condiciones ambientales, ya que colaboran en el aumento de la calidad del aire, la reducción del efecto invernadero y la captura de carbono, por lo que su incremento, acondicionamiento y mantenimiento debería ser una prioridad para los gobiernos locales.