2022 podría ser recordado como el año en que sorprendentes herramientas impulsadas por inteligencia artificial se hicieron accesibles a un público más amplio: desde generación de imágenes a partir de texto con Stable Diffusion, Midjourney y DALL-E 2 hasta inquietantes experimentos de diseño como This House Does Not Exist y OpenGPT, un modelo de inteligencia artificial diseñado para procesar el lenguaje y generar texto similar al humano.
Descrito por Sam Altman, CEO de OpenAI, como "un adelanto sobre [cómo será] el progreso", cualquier usuario puede hablar con OpenGPT sobre casi cualquier cosa: los resultados son asombrosos y puede encarnar fácilmente la enésima supuesta amenaza para los trabajos relacionados con la creatividad. Sin embargo, OpenGPT no tiene acceso a navegar por Internet. En su lugar, interactúa basándose en la gigantesca base de datos en la que ha sido entrenado. Como expresó Eric Ulken, de Gannett, "incluso las mejores herramientas de IA generativa son tan buenas como su entrenamiento", así que la definición de una "petición inapropiada" también ha sido previamente entrenada (por humanos).