A medida que las ciudades crecen y evolucionan, surge la pregunta de preservar, rehabilitar o adaptar los sitios históricos. La intervención en tales edificios requiere un delicado equilibrio entre honrar su patrimonio y satisfacer las demandas contemporáneas. A menudo, las soluciones más innovadoras y radicales aparecen cuando los profesionales de la arquitectura intentan renovar un edificio manteniendo su huella original y tantas características como sea posible. Luego crean extensiones modernas que armonizan o contrastan con la estructura original. Este enfoque no sólo revitaliza el edificio sino que también celebra la sinergia entre el pasado y el presente, incluidos los materiales, la tecnología de la construcción, los movimientos arquitectónicos, las historias y la calidad general del edificio. La superposición de elementos antiguos y nuevos a través de la armonía o el contraste requiere un enfoque inteligente y sensible que le aporte al edificio una estética única y un nuevo significado.