¿Alguna vez has oído hablar de la neuroarquitectura? ¿Cómo se verían los espacios si los arquitectos diseñaran edificios basados en las emociones, la salud y la felicidad del usuario? Hospitales que ayudan a la recuperación de los pacientes, escuelas que fomentan la creatividad, entornos de trabajo que te hacen estar más centrado…
Esto es neuroarquitectura: diseñar entornos eficientes basados no solo en parámetros técnicos de legislación, ergonomía y confort ambiental, sino también en índices subjetivos como la emoción, la felicidad y el bienestar.