En 1986, el Premio Pritzker anunció su primer galardonado alemán. En su discurso en la ceremonia de premiación llevada acabo en Goldsmiths' Hall de Londres, el duque de Gloucester sugirió que el premio 'no puede garantizar la inmortalidad', inferindo, tal vez, que ni siquiera el más prestigioso premio en la arquitectura podía competir con una obra tan compacta, centrada y perdurable como la de Gottfried Böhm – un 'hijo, nieto, marido y padre de los arquitectos'.
La Iglesia de Neviges (situada en una pequeña aldea cerca de Dusseldorf, Alemania) fue concebida en el contexto de un concurso internacional por invitación, lanzado en 1962, y un cliente progresista: la Arquidiócesis de Colonia y, para ser más precisos, el arzobispo cardenal Josef Frings. La estructura resultante, que requirió 7.500 metros cúbicos de hormigón y 510 toneladas de barras de acero de refuerzo junto con su vía sacra y los edificios que la rodean, es uno de los espacios más decisivos, significativos y desconocidos del siglo XX.