Con más de 12 millones de turistas al año, la Catedral de Notre Dame en París es uno de los lugares más visitados de Europa. Sin embargo, según la fundación Friends of Notre-Dame de Paris, la icónica catedral parisina presenta 'un preocupante estado de conservación'.
Construida con caliza, y por ende, muy susceptible a la erosión, el edificio se encuentra en un acelerado estado de desgaste, demandando nuevos fondos y expertos que aseguren su existencia a largo plazo. En ese sentido, desde el techo de plomo a los contrafuertes de piedra, las gárgolas de renombre mundial a los vitrales, cada centímetro de la estructura requiere diferentes niveles de atención.