Imagina despertar todos los días, con una vista de 180 grados del océano, sin salir de la comodidad de tu sala de estar. Los propietarios de, la aún sin construir, “casa del acantilado”, se han unido con el estudio australiano Modscape para diseñar la compacta vivienda de sus sueños, delicadamente encaramada sobre el océano, colgando de la orilla del acantilado. La “casa del acantilado”, redefine el concepto de "vivir peligrosamente" con sus amplios vanos de piso a cielo, y sus esbeltos soportes de acero actuando como la única separación entre avistar tiburones y caer en sus afiladas mandíbulas.
La vivienda de cuatro niveles se sitúa bajo un garaje de vehículos de dos pisos al nivel del acantilado, prácticamente invisible desde la distancia. Como si estuviera en una película de James Bond, el automóvil se estaciona sobre la impecable casa, desde donde el usuario accede a través de una discreta escalera que conduce al espacio inferior. Una vez dentro, se descubren las vistas panorámicas ofrecidas en cada uno de los acristalados espacios. Los espacios son distribuidos de más público a más privado, de arriba a abajo, con la cocina sobre la sala de estar, y esta encima de los dormitorios, y una terraza privada en lo más bajo. La casa de proporciones modestas incluye: una cocina completa, comedor, tres dormitorios, dos baños, incluyendo uno en suite, y un spa en la terraza al aire libre.