Durante mucho tiempo, el exagerado movimiento edificatorio de nuestras ciudades ha conseguido que nos olvidemos de la arquitectura ya existente. Nos hemos equivocado en pensar que lo nuevo es siempre mejor, y que lo antiguo, es simplemente eso: antiguo. Pero hay q recordar que la arquitectura tiene la capacidad de adaptarse a todas las épocas, de viajar a través del tiempo. Es una observadora estática de los cambios dinámicos en generaciones y culturas; es una anciana que envejece sin perder su esencia y carácter.
Nosotros los arquitectos somos los encargados de adaptar, recuperar, a veces transformar, las viejas construcciones en nuevos edificios capaces de cubrir las necesidades que va marcando la sociedad. Como decía Le Corbusier "la arquitectura debe ser la expresión de nuestro tiempo y no un plagio de las culturas pasadas".