Una enorme catedral de altas torres y una magnífica cúpula se levanta lentamente en el municipio de Mejorada del Campo, a 20 km de Madrid. Parece una situación común y corriente, pero no lo es; la construcción del edificio ha sido ejecutada durante 50 años -ladrillo por ladrillo- por un sólo hombre: Justo Gallego Martínez, agricultor, ex monje y arquitecto autodidacta de 88 años de edad.
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