La construcción de los hospitales en México nace en un enérgico impulso por parte del Estado para dotar de infraestructura a la creciente población; este impulso ha sido dividido en dos etapas importantes: la primera, que se cimenta en la tecnología extranjera caracterizada por ser unipersonal y la segunda que se constituía a través de los esfuerzos en equipo.
A partir de los años cuarenta nacen las distintas instituciones de salud el país y surge la necesidad de adoptar una tecnología propia puesto que los recursos económicos empezaron a ser insuficientes para crear proyectos a mayor escala. Más tarde se adoptó un proceso de “acierto y error” que se fue afinando hasta conformar lo que ahora conocemos como “El Sistema de Hospitales”, que marcó una etapa importante tanto en la historia de la arquitectura como en la historia de la medicina en México.