Chiloé, en el extremo sur de Chile, se caracteriza por ser un lugar donde la arquitectura se convierte en una expresión tangente de la historia, la cultura y el entorno natural en el cual se emplaza. Su identidad urbana se caracteriza por única, al igual que la gente que la habita, donde encontramos desde las emblemáticas casas coloridas sobre palafitos suspendidas en el agua, hasta las iglesias de madera declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Debido a su enorme influencia arquitectónica, nace Castro Abierto, un festival que reúne a la arquitectura, el paisaje y las comunidades para buscar conectar y promover las diversas manifestaciones que tiene la cultura archipelágica de Chiloé.