¿Qué busca un concurso de arquitectura? La mejor propuesta, aunque suene obvio, ¿pero la mejor propuesta en respuesta a qué? Hay de todo: la mejor imagen, el mejor producto, la propuesta más económica, la propuesta más rentable socialmente, la más creativa, la más realista, la diseñada por el arquitecto más reconocido para asegurar prestigio, la más efectiva, la de mejor calidad.
Hay tantos objetivos como mandantes en el mundo y quien pone las reglas del partido, decide quién gana finalizados los 90 minutos. Cuando se trata de concursos públicos, las prioridades cambian, se impone cierta idea de ‘bien común’ y la ciudadanía -conocedora más que nunca de las consecuencias de los proyectos mal ejecutado- exige propuestas que apelen al bienestar de la sociedad, aunque no tengan arte ni parte en el fallo del Jurado.