La remodelación es una práctica cada vez más común y fundamental en la arquitectura contemporánea. Más que una tendencia, representa una estrategia crucial para reducir el consumo de recursos y minimizar la generación de residuos, aportando claras ventajas frente a las construcciones nuevas. En el contexto latinoamericano, esta filosofía destaca por sus características únicas. Entrelaza la circularidad y la acción climática con materiales locales, abordando desafíos económicos y al mismo tiempo armonizando las influencias indígenas, coloniales y contemporáneas.
La vivienda juega un papel crucial en este contexto, donde los materiales y técnicas de construcción tradicionales definen el carácter distintivo de cada proyecto y lo integran al tejido social de la comunidad. En toda Latinoamérica, las identidades regionales están profundamente arraigadas en los esfuerzos de renovación, que van desde la restauración de fachadas y la reutilización de la madera hasta la reimaginación del uso de los desechos de demolición. La adaptación de los espacios en estos proyectos está influenciada por sus identidades únicas y condiciones geográficas, enraizadas en expresiones sociales y culturales.