"La industria de la construcción es una de las industrias más contaminantes e ineficientes de la actualidad", comentó Hedwig Heinsman de Dus Architects a The Guardian, "Con la impresión 3D, no se generan residuos y se reducen los costos de transporte, y todo puede ser fundido y reciclado. Esto podría revolucionar la forma en que construimos nuestras ciudades".
Trabajando con la empresa holandesa Ultimaker, Dus Architects ha desarrollado KamerMaker (Room Maker), una impresora 3D que tiene la capacidad de imprimir grandes secciones de los edificios, de hasta 2 x 2 x 3.5 metros. Los trozos de bioplástico pueden ser apilados y conectados entre sí como ladrillos de LEGO, armando casas de varios pisos que se pueden adaptar de acuerdo a las necesidades de los usuarios. Para el primer proyecto, los arquitectos han tomado la inspiración de la tradicional casa-canal holandesa, reemplazando la mampostería con "una fachada de bloques plásticos, programada a través de sistemas digitales".