
El patrimonio industrial, que alguna vez fue central para el crecimiento urbano y la prosperidad económica, actualmente ha quedado en general descuidado y subutilizado. En todo el mundo, varias fábricas, molinos y almacenes están abandonados y sus estructuras distintivas caen en desuso. Estos edificios fueron típicamente construidos con materiales como ladrillo, acero, concreto y grandes ventanas de vidrio. Conocidos por su resistencia y longevidad, estos materiales hacen que las estructuras sean ideales para la renovación, manteniendo la integridad estructural.