Ubicado en las empinadas quebradas y valles de la prefectura de Tokushima en Japón, se encuentra Kamikatsu, una pequeña ciudad que se parece a cualquier otra. Pero Kamikatsu, a diferencia de sus vecinos (o de hecho, la mayoría de las ciudades del mundo), está casi completamente libre de desperdicios.
Desde 2003, años antes de que el movimiento ganara gran popularidad, la ciudad se ha comprometido con una política de residuo cero. Los requisitos son exigentes: los residuos deben clasificarse en más de 30 categorías, los artículos rotos u obsoletos se donan o se eliminan por partes, los artículos no deseados se dejan en una tienda para el intercambio de la comunidad. Pero los esfuerzos de los residentes a lo largo de los años han dado sus frutos: casi el 80% de los residuos de la aldea se reciclan.