A finales del año pasado abrió en la Comuna de Santiago, el Restaurant La Diana, como parte de la activación del Centro Cultural que se ubica junto a los tradicionales juegos electrónicos de la calle San Diego. Desde Arturo Prat, junto a la Iglesia de Los Sacramentinos, se puede cruzar la plaza interior que entrega el espacio suficiente para contemplar la obra de Ricardo Larraín desde la terraza del nuevo restaurant.
Una iglesia que es monumento nacional, una plaza (que ojalá deje de tener rejas), unos juegos electrónicos que son un clásico de la infancia y un centro cultural en gestación, hacen un cóctel urbano estimulante del cuál La Diana es ahora parte.
Me senté a conversar con Cristóbal Muhr, uno de los creadora de La Diana –y antes La Jardín- y el arquitecto Diego Vergara, para conocer de primera fuente, una propuesta que traspasa los límites del mero emprendimiento gastronómico para entregar además una experiencia estética y espacial.