Las fachadas translúcidas se componen de paneles "acristalados" ligeros que se utilizan en el exterior de los edificios, protegiendo la construcción del daño del clima, la humedad y la erosión. Su composición de microceldas de policarbonato entrega una luz suave y naturalmente difusa, integrando una amplia gama de colores, brillos y opacidades.
Al fijarlos en su lugar, a través de juntas ocultas, es posible ocultar elementos antiestéticos y ayudar a proteger a las personas de los dañinos rayos UV, asegurando también una máxima conducción térmica. Las personas que los utilizan notarán el ahorro energético al utilizar la luz natural para calentar e iluminar los espacios interiores, creando condiciones ambientales interiores muy atractivas para diferentes usos.