La arquitectura mexicana cada vez se posiciona con más fuerza en la escena global por el manejo de los recursos y la sensibilidad con su contexto. Si bien es cierto que existen diversos factores que caracterizan la arquitectura mexicana de los cuales se tendría que hablar para entenderla holísticamente, uno de los más representativos es el color heredado de las culturas indígenas y que ha sido retomado por distintos arquitectos y artistas como Luis Barragán, Ricardo Legorreta, Mathias Goeritz, Juan O'Gorman y Mario Pani quien recurría al color mediante la integración de murales en los conjuntos arquitectónicos.
El color en la arquitectura mexicana se ha transformado en un gesto proyectual tan fuerte que incluso ha contribuido a reforzar la identidad de distintas zonas del país, por ejemplo, resulta casi imposible pensar en San Miguel de Allende o Guanajuato sin los colores que conforman las fachadas que tejen el paisaje.