El siguiente es un artículo que fue escrito por el arquitecto Sekou Cooke, hace hace algunos días para ArchDaily. En él, Cooke manifiesta la importancia de los líderes populares y su responsabilidad de convertirse en cajas de resonancia de nuestras propias inquietudes. Si bien su crítica comienza desde el lugar del arquitecto negro inserto en la sociedad norteamericana, entrega ideas lúcidas respecto a cómo enfrentar nuestra profesión y cómo debiésemos influir en la conciencia pública, al igual como lo hacen los músicos, políticos y atletas.
"Es mucho más común para nosotros ser usurpados por las industrias, como la dirección de obra y la consultoría BIM, que recibir royalties por diseños best-seller. El arquitecto se ha convertido en algo secundario; devaluado, un artículo de lujo, accesible sólo para los pocos privilegiados."
Puedo estar en la minoría entre mis compañeros, pero quiero que Kanye West siga hablando. A pesar de que muchos lo desprecian, denigran o desplazan, yo quiero que siga hablando.
Como hombre de raza negra y arquitecto (uno de los aproximadamente 2.000, que puede reclamar la pertenencia efectiva a estos dos grupos), yo estoy particularmente consciente de la barrera del tipo “The Truman Show” que existe entre los arquitectos y el reconocimiento, y también entre arquitectos de raza negra y la aceptación. La reciente entrevista a West con Zane Lowe dispone reflexiones sobre el diseño, la arquitectura y el proceso creativo en una dosis demasiado alta para ser digerido por la mayoría. Estoy tropezando conmigo mismo con miedo y emoción ante la perspectiva de tener un poderoso vocero para una generación de arquitectos y diseñadores de raza negra que comparten su frustración y se conectan con su mensaje.
¿Por qué? Porque cuando Kanye West habla, la gente escucha.