Clay Cockrell, psicoterapeuta de Nueva York, ciudad donde los psicoterapeutas podrían tener un sexto barrio para ellos solos, realiza sus sesiones al aire libre. Caminando más bien. En lugares como Central Park o Battery Park, donde el cliente prefiera, que el lugar de la consulta es totalmente flexible. El método es más o menos el mismo que el de cualquier psicoterapia. Los honorarios también. Sólo cambia el entorno, lo que no es poco: el diván, el sillón de cuero, la alfombra persa y la biblioteca de utilería son reemplazados por el pavimento o la grava de la calle o parque que el paciente elija.
Caminar es mucho más que cubrir una distancia con los pies. Es también una de las más básicas herramientas para lograr lo que comúnmente llamamos despejar la mente. Caminar es un recurso gratuito, fácilmente accesible, casi siempre disponible, para volver a un mundo lento en que la mente puede hacer una conexión libre de interferencias con el cuerpo, y el cuerpo a su vez con el suelo que pisa y el entorno que le rodea.