
“Sick Architecture” abrió el 5 de mayo en CIVA en Bruselas. Co-comisariada por Beatriz Colomina, la exposición investiga la relación intrínseca entre arquitectura y enfermedad. El discurso arquitectónico siempre se teje a través de teorías del cuerpo y del cerebro, construyendo al arquitecto como una especie de médico y al cliente como el paciente. La arquitectura ha sido retratada como una forma de prevención y cura durante miles de años. Sin embargo, la arquitectura también suele ser la causa de la enfermedad, desde la institución de los hospitales hasta los materiales de construcción tóxicos y el síndrome del edificio enfermo. El estallido de la pandemia de COVID-19 destacó aún más este tema.