A medida que nuestro mundo evoluciona a un ritmo sin precedentes, los desafíos que conlleva se vuelven cada vez más complejos. Las preguntas a las que se enfrentan las ciudades y redes de nuestro mundo global, los entornos físicos y virtuales donde se desarrolla nuestra evolución, hacen que la arquitectura sea más relevante que nunca.
Los temas del entorno construido ya no son exclusivos de quienes lo construyen y diseñan y se han convertido en cuestiones transversales en nuestra sociedad. Desde los ciudadanos que cuestionan la calidad de sus espacios públicos hasta el constructor autodidacta que erige una pequeña casa en el bosque, sumando a todos los propietarios que usaron una aplicación online para codificar y rediseñar los interiores de sus viviendas durante las cuarentenas, queremos que estén involucrados y queremos actuar. ¿Por qué la arquitectura tiene que ser tan incierta y tan distante?
Ya sea mediante lucarnas tradicionales, claraboyas superiores, aberturas lineales, tragaluces tipo linterna o cubiertas tipo shed, la manipulación e incorporación de luz natural en los proyectos arquitectónicos puede significar un cambio radical en la percepción de los espacios interiores y las atmósferas. La cocina, como espacio de trabajo, es considerada en muchos proyectos de viviendas como un área central donde los residentes pasan una gran cantidad de tiempo de sus vidas diarias. Brindar una buena calidad de luz permitirá incrementar el confort visual y proporcionar un mayor bienestar a quienes realicen tareas en esos espacios.
La madera como recurso constructivo es una cuestión milenaria, tuvo su origen incluso antes de que se desarrollaran las herramientas necesarias para trabajarla y explotar su potencial. Este material se caracteriza principalmente por su gran versatilidad, donde sus ilimitadas formas de uso y su gran capacidad para dotar a los espacios de atmósferas acogedoras, lo convierten en una materia prima frecuentemente elegida en la arquitectura.
Algunos arquitectos y arquitectas han logrado plantear interacciones entre las diferentes escalas de los proyectos, trabajando en una multiplicidad de campos que van desde la ciudad hasta el detalle constructivo, pasando por la escala edilicia. Si bien en muchos casos, la selección del mobiliario que complementará y permitirá el correcto funcionamiento de una obra -es decir, los elementos que en última instancia interactuarán con la escala humana-, suele quedar relegada a una etapa post constructiva, su diseño no siempre es considerada una cuestión secundaria.
Numerosos edificios suelen quedar en desuso por los constantes cambios económicos, sociales y tecnológicos que sufren nuestras ciudades. La inconsistencia programática de los tiempos actuales demanda una gran versatilidad y capacidad de adaptación de nuestras infraestructuras y produce, cada vez con mayor frecuencia, que los proyectos queden deshabitados, librados al abandono y al deterioro.
A continuación presentaremos una serie de 20 proyectos Latinoamericanos en los cuales antiguos galpones, vivendas, cárceles, molinos y mercados fueron recuperados y transformados en Centros Culturales, Museos y Galerías.
Josep Ferrando es un arquitecto con sede en Barcelona. Es decano de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de La Salle (ETSALS), además de director del Centro Obert d´Arquitectura de Barcelona y del Departamento de Cultura del Colegio de Arquitectos de Cataluña (COAC). Integrando su trayectoria académica y sus frecuentes conferencias, su oficina desarrolla proyectos que exploran diferentes escalas y materiales, experimentando con sistemas constructivos y soluciones innovadoras. Conversamos con él sobre la importancia de los materiales en la arquitectura, y sobre las sinergias que encuentra entre la práctica y la docencia.
Concebidos con el fin de sacar provecho al máximo de los espacios, el mobiliario empotrado ha ido cobrando cada vez más popularidad resultando una manera práctica de resolver las necesidades de sus habitantes. La capacidad de adaptación al espacio arquitectónico les permite a través de diversas configuraciones o materialidades satisfacer múltiples usos y funciones e integrarse en la arquitectura. Pero es interesante plantearnos la siguiente pregunta ¿es este tipo de mobiliario el que se adapta a los espacios residuales de nuestras viviendas o más bien puede convertirse en el protagonista y generador de los espacios que proyectamos?
Las herramientas desarrolladas en torno al trabajo de la madera, junto con las nuevas técnicas de producción, seccionamiento y tratado del material han permitido, gradualmente, obtener productos muy variados y de alta calidad -con diversos tamaños, resistencias, tonalidades, formas y colores-. Estos avances han permitido que la madera, como recurso, sea capaz de satisfacer las más variadas necesidades en torno a la construcción, oficiando de estructura, cerramiento, revestimiento o mobiliario en una gran cantidad de proyectos de arquitectura.