Josep Ferrando es un arquitecto con sede en Barcelona. Es decano de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de La Salle (ETSALS), además de director del Centro Obert d´Arquitectura de Barcelona y del Departamento de Cultura del Colegio de Arquitectos de Cataluña (COAC). Integrando su trayectoria académica y sus frecuentes conferencias, su oficina desarrolla proyectos que exploran diferentes escalas y materiales, experimentando con sistemas constructivos y soluciones innovadoras. Conversamos con él sobre la importancia de los materiales en la arquitectura, y sobre las sinergias que encuentra entre la práctica y la docencia.
Eduardo Souza (ArchDaily): Algo que destaca de su trabajo es la variedad de materiales, sistemas constructivos y escalas en sus proyectos. ¿Qué define los materiales y los métodos utilizados en cada uno de ellos?
Josep Ferrando: El material es un concepto doble. Por un lado, alude a una configuración física de la materia que lleva asociadas una serie de propiedades específicas: resistencia a diversos esfuerzos estructurales, módulo elástico, coeficiente de absorción de humedad, fotosensibilidad, etcétera. Todas estas características conforman la expresión del material y lo preparan para el segundo concepto clave para comprenderlo: la técnica. Los materiales pueden ser conformados por la unión de piezas diversas o por moldeamiento. Cada uno de estos dos conceptos lleva asociadas una serie de técnicas relativas a las medidas óptimas de la pieza resultante, al modo de trabajar su encofrado en caso de que estén amoldadas, o al modo de trabajar la junta si se producen por agregación de pequeñas unidades, a la eficiencia de estas medidas y a la geometría que son capaces de definir. Tras estas operaciones materiales subyace la geometría inherente a la pieza básica.
Los materiales conformados tienden a ser estereotómicos. Tallados. Vaciados. Esculpidos. El espacio básico que resulta de este tipo de materiales es la cueva. La caverna. La cavidad. Los materiales agregados tienden a ser tectónicos. Trenzados. Agregados. El espacio básico que resulta de este tipo de materiales es el nido. El dintel. El pórtico. La junta y el vacío son tan importantes como el lleno para la definición de la cáscara que conforma este tipo de espacio.
La elección de un material está en función de los recursos disponibles y, especialmente, del sistema espacial perseguido.
La construcción de un sistema indica que la suma de las partes genera espacio. Y su atractivo se revela en la repetición simultánea, indeterminada y controlada de una nueva medida. Diseñar los ritmos y secuencias que articulan la relación entre lleno y vacío, entre materia y aire.
Un sistema es flexible cuando acumula la máxima cantidad de algoritmos generando espacios complejos pero sin complicaciones. Estas organizaciones, compuestas por varias partes relacionadas en diferentes niveles por similitud y reiteración, conforman un conjunto complejo y constantemente diverso.
Las relaciones en el sistema pueden ser: geométricas, estructurales, perceptivas, ópticas, constructivas, energéticas, etc. De hecho, las conexiones energética también determinan los ritmos del espacio. El calor, el viento, la temperatura y la humedad dan lugar a sistemas de vasos comunicantes energéticos y comodidades espaciales variables. La flexibilidad del sistema permite sus usos y sus diferentes formas. La temporalidad se construye por el principio o lógica del sistema, es decir, los cambios espaciales temporales se absorben sistemáticamente
ES: Un proyecto que me llamó la atención fue el Espacio Efímero BBConstrumat 2019, en el que solo se utilizaron dos materiales que luego fueron reutilizados con fines constructivos. ¿Puedes comentarnos sobre las decisiones tomadas en este proyecto y sobre cómo la economía circular debería integrarse más en el pensamiento de los arquitectos?
JF: La feria es una pequeña ciudad. Los estands, con su ruido y diversidad, son las viviendas; mientras que, por su escala y monomaterialidad, los lugares comunes se asocian al foro, representativo de lo monumental.
Los espacios comunes del BBC se proyectaron con una lógica de economía circular, coste nulo y cero residuos. Se evita así que más de 25.000m2 de material se conviertan en desecho tras 72 horas.
El uso de dos materiales respetando sus medidas estándares primó el aprovechamiento de recursos (coste 0, residuo 0): el geotextil de 150gr en rollos de 2,20m x 200m de longitud, genera una secuencia de catenarias que acoge los usos comunes, y tras la feria se enrolla para emplearse en construcción; vigas del acopio de la Sagrada Familia se apilan en niveles para configurar muebles, volviendo a dicha obra tras la feria.
Interviene un juego de dualidades: tracción vs compresión, apilar vs colgar, ligero vs pesado, transparente vs opaco, espacio vs mueble… Cueva liviana y cabaña sólida dialogan en una suerte de dicotomía. Dos formas de trabajar, a tracción o a compresión, que han estado históricamente presentes en la arquitectura, desde los edificios clásicos a los contemporáneos. Dos formas de trabajar en las que los elementos más ligeros, como los textiles, se contraponen con los elementos pesados, como el acero. La dialéctica entre lo que es ligero versus lo que es pesado, lo que es transparente versus lo que es opaco… ha estado siempre presente, y es lo que también, quiso transmitir dicha intervención.
Una arquitectura efímera original, responsable para con el planeta y que escenifica el lenguaje histórico de la construcción y por lo tanto, de la arquitectura.
ES: ¿Cómo ayuda la docencia en la práctica de la arquitectura y viceversa?
JF: La práctica y la academia se alimentan entre ellas, construyen sinergias.
En la academia hay un esfuerzo por la didáctica que a veces en la profesión falta, y a veces falta algo de oficio en la didáctica. Siempre hago un pacto con mis estudiantes el primer día de clases: no vamos a hablar de gustos, vamos a hablar de cosas que están bien y cosas que no están bien. A un estudiante se le tiene que transmitir muy bien el porqué de las cosas. Lo que “está bien” tiene que ver más con la coherencia, con la consistencia.
La docencia ayuda en la didáctica al estudio y este ayuda en oficio a la docencia.
De acuerdo con una visión poliédrica de la arquitectura, combino la práctica con la academia y la gestión cultural. Bajo esta aproximación y con la convicción de que el verdadero reto reside en la gestión de la complejidad, sitúo el método como una herramienta de análisis capaz de dotar el proceso del rigor y la eficiencia necesarios para reformular el modelo. En concreto, apuesto por establecer unas reglas del juego regidas por sistemas flexibles, un contexto que permite la formulación de las máximas preguntas posibles y, mediante una equilibrada mezcla de investigación y descubrimiento, averiguar cuál es la respuesta sintética y precisa para todas ellas al mismo tiempo. Con esta metodología y considerando la monomaterialidad, la geometría y la eficiencia como valores fundamentales, persigo que las obras no solo no repitan formas, sino que además no sean previsibles, consiguiendo así la solución arquitectónica más pertinente e ingeniosa para cada circunstancia.
Revisa parte del trabajo de Josep Ferrando en Plataforma Arquitectura.