El skate, como deporte, comenzó a gestarse en el estado de California durante las décadas de 1960 y 1970, período en el cual las actividades extremas como el surf adquirieron una gran popularidad entre la población de los Estados Unidos. Iniciándose como una adaptación urbana de este deporte acuático, el skateboarding se posicionó rápidamente como uno de los pasatiempos predilectos entre los jóvenes y, para 1980, logró expandirse por todo el mundo, potenciando la activación de diversos espacios públicos en desuso en ciudades de todo el planeta.
Con el tiempo, la infraestructura y la arquitectura destinada a la práctica de esta actividad comenzó a ganar una mayor relevancia. En 2016, el Comité Olímpico Internacional aprobó la incorporación del skate en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, incluyéndolo y validándolo como deporte oficial. Actualmente, diversas iniciativas y proyectos han logrado recuperar sectores urbanos abandonados, reacondicionándolos para permitir la realización de estas prácticas deportivas y demostrando que la participación de los jóvenes en la constitución y cualificación de los espacios públicos de las ciudades puede fomentar, en muchos casos, la pertenencia y la inclusión social.
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Apreciando las grandes estructuras de hormigón construidas para la práctica del skateboarding en California, el artista Amir Zaki registró, mediante un relevamiento fotográfico, doce de los más grandes e importantes parques de skate de California. Los mismos, constituyen el paisaje deportivo del estado y se presentan, con su brutalismo y sus escultóricas morfologías, como símbolos del arte y el deporte urbano.
El parque Etnies en el Condado de Orange, el Skatepark Rancho Santa Margarita, el Fillmore Skatepark en el Condado de Ventura, el parque regional Lake Cunningham en San Jose, el Fontana North SkatePark, el parque SLO en San Luis Obispo y el Linda Vista SkatePark en San Diego son algunos de los casos fotografiados.
Para crear las imágenes, Zaki fotografió los espacios desde la perspectiva de los deportistas, introduciéndose en el interior de las pistas en las primeras horas de la mañana, horarios en las cuales las mismas se encontraban vacías. Compiladas en su libro “California Concrete: A Landscape of Skateparks” -con ensayos de Tony Hawk y Peter Zellner- cada una de las 72 fotografías se compone de docenas de tomas, capturadas con una cámara digital montada sobre un trípode motorizado.
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En un texto que reseña el trabajo de Zaki, el arquitecto Peter Zellner, residente en Los Ángeles, establece un paralelismo entre la proliferación de los parques de skate y la reinvención, casi simultánea, de la fotografía paisajística estadounidense, cuando los fotógrafos apartaron sus lentes del mundo natural y volvieron a centrar su atención en el paisaje creado por el hombre. "Las notables fotografías de Zaki de parques de patinaje extrañamente sobrenaturales, desprovistos de sus usuarios, heredan esta tradición reinventada al encontrar la belleza en un suburbio de hormigón aparentemente desnaturalizado”.
- Puedes conocer más sobre el trabajo de Amir Zaki ingresando a su sitio web o a sus redes sociales.
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