El siguiente análisis fue desarrollado dentro del proyecto de investigación “Certificación Edificio Sustentable y Seguro” financiado por la Dirección de Investigación de la Universidad de Cuenca y dirigida por el Dr. Felipe Quesada Molina. Esta investigación aborda la evaluación de la Sustentabilidad de los edificios residenciales de la ciudad de Cuenca.
En países en vías de desarrollo, la problemática habitacional refleja un déficit tanto cuantitativo como cualitativo, además de la demanda de recursos y sus consecuentes impactos ambientales. El Ecuador refleja este tipo de problemas, pues el 50% de las familias no poseen vivienda o habitan en viviendas precarias (BID, 2012). Esto expone un riesgo para el bienestar y la salud de los habitantes (Evans, Wells y Moch, 2003; OPS y OMS, 1999). Además, el sector residencial consume el 36,79% de la energía a nivel nacional, siendo uno de los sectores de mayor demanda (MEER, 2014; MIDUVI, 2011) y el segundo contribuyente de emisiones de contaminantes (Fontaine, Narváez y Cisneros, 2008).
Frente a esto, una solución que contribuye a mejorar las condiciones de habitabilidad, es la construcción de edificaciones sustentables. El desafío es construir espacios con un eficiente consumo de energía que al mismo tiempo sean sanos, confortables, accesibles y seguros. En este contexto, los Métodos de Evaluación Sustentable de la Edificación “BSA” han desarrollado herramientas que evalúan el desempeño de la edificación, lo cual permite verificar el cumplimiento de estándares sustentables. De esta manera, a nivel mundial han surgido varias Metodologías de Evaluación, entre ellas LEED-Homes, BREEAM Multi-Residencial, CASBEE for New Construction, Qualitel Habitat & Environment. Sin embargo, publicaciones científicas han expuesto las dificultades que estos métodos tienen para aplicarse en regiones diferentes para las cuales fueron desarrollados, y en países en vías de desarrollo, esta situación puede agudizarse, por lo cual, es fundamental el desarrollo de métodos de evaluación nacionales que contribuyan a resolver problemas locales.
Método de evaluación sustentable
En este contexto la investigación desarrolló un Método de Evaluación Sustentable (BSA) para viviendas de la ciudad de Cuenca y una herramienta “Certificación edificio Sustentable y Seguro (CESSuc)” que permiten medir el desempeño de las edificaciones basado en un marco de indicadores apropiados para la localidad. El método de evaluación presenta una estructura de 3 niveles: Categoría, Requerimiento y Criterio de Evaluación (Quesada et al., 2018). La herramienta CESSuc cuenta con un total de 81 criterios de evaluación repartidos en 9 categorías que son: Urbano, Agua, Energía, Materiales, Ambiente Interior, Accesiblidad, Seguridad Estructural, Gestión de mantenimiento y Economía (Ilustración 1).
Criterios de evaluación para edificaciones sustentables
A pesar de que el análisis del desempeño de las edificaciones es de alta complejidad, se ha podido determinar que, una serie de problemas en los edificios pueden ser evitados si se toman las medidas adecuadas en la etapa de diseño del proyecto. Por esta razón, la certificación “CESSuc” además de definir un marco de criterios de evaluación, plantea una serie de estrategias arquitectónicas que pueden ser aplicadas localmente, para guiar la adopción de buenas prácticas constructivas que generen altos niveles de confort y bajos niveles de contaminación como se observa en la ilustración 2. Por lo tanto, el diseño sustentable de una edificación incorpora estrategias que permitan aprovechar la naturaleza, las cuales deben ser constantemente y rigurosamente examinadas, a través de la evaluación del desempeño del edificio, de tal manera, que se asegure el confort ambiental para los ocupantes.
A modo de ejemplo, presentamos algunas de las estrategias para los criterios de evaluación que presenta la herramienta de certificación.
Estrategias para la categoría Urbano
Dentro de la estructura de la herramienta CESSuc, una de las categorías con mayor cantidad de criterios de evaluación es la Urbana. El objetivo de esta categoría es valorar el cumplimiento de criterios de sustentabilidad aplicados a la circunscripción del predio en el que se implanta la vivienda. Por ello, la proximidad de una vivienda a equipamientos, usos complementarios e instalaciones de transporte, es una de las estrategias planteadas, puesto que reduce largos viajes o múltiples desplazamientos (Ilustración 3).
Ilustración 3. Proximidad de la vivienda a equipamientos, usos complementarios y de transporte.
Otra de las estrategias que se plantean, es el transporte alternativo, pues permite reducir el daño a la salud y fomentar la sostenibilidad ambiental y social. Dotar a los proyectos de aparcamientos para bicicletas, incrementa el uso de este medio de transporte. Sin embargo, no basta solo con dotar de un espacio, sino que, los aparcamientos deben cumplir ciertos requisitos como: estar bajo techo, tener un acceso directo hacia las vías, no estar ubicados a distancias mayores a 100 m de la entrada principal y, además deben garantizar seguridad para el usuario (Ilustración 4).
El mantenimiento del hábitat es otra de las estrategias, pues la reparación del daño ambiental promueve la creación, gestión y conservación del hábitat, además de que la incorporación de medidas que faciliten la gestión de espacios verdes fomenta el encuentro y disfrute de la naturaleza (Ilustración 5).
La aplicación de estrategias sobre las islas de calor es otro aspecto importante en el análisis urbano, ya que permiten mitigar sus efectos, es decir contribuyen a reducir la temperatura urbana y disminuyen las concentraciones de gases contaminantes como el CO2. Algunas estrategias son: la incorporación de cubiertas reflectivas, cubiertas verdes, pavimentos permeables, y la plantación de vegetación (Ilustración 6).
La relación con el espacio público, permite integrar el edificio y el espacio público, para ello se recomienda que el cerramiento de la edificación que da hacia la vía sea transparente, y como una mejor práctica que se contribuya con la incorporación de terrazas, pérgolas, mobiliario de espera, áreas de sombra, etc. (Ilustración 7).
Referencias
BID Un espacio para el desarrollo: Los mercados de vivienda en América Latina y el Caribe. Edtion ed. Washington, D.C., 2012. ISBN 978–1-59782–154–4.
EVANS, G., WELLS, N. y MOCH, A. Housing and Mental Health: A review of the Evidence and a Methodological and conceptual critique. Journal of Social Issues, 2003, nº 59, pp. 475-500.
FONTAINE, G., NARVÁEZ, I. y CISNEROS, P. GOE Ecuador 2008: Informe sobre el estado del medio ambiente. Edtion ed.: FLACSO-MAE-PNUMA, 2008.
MEER. Plan Estratégico Institucional. Quito: 2014.
MIDUVI. Norma Ecuatoriana de la Construcción. In Eficiencia Energética en la Construcción en Ecuador. 2011, vol. NEC-11.
OPS y OMS. Iniciativa de vivienda saludable [online]. [La Habana]: CEPIS, 1999. Available from World Wide Web:<ww.cepis.ops-oms.org>.
QUESADA, F., CALLE, A., GUILLÉN, V., ORTIZ, J. y LEMA, J. Método de evaluación sustentable de la vivienda en la ciudad de Cuenca, Ecuador. Revista Técnica Energía, 2018, nº 14, pp. 204-212.
