El 15 de noviembre del pasado año se inició el Concurso nacional de ideas y anteproyectos para el Hospital Norpatagónico en Neuquén, que contó con la organización del gobierno provincial a través del Ministerio de Salud y el Ministerio de Economía e Infraestructura, con el auspicio de la Federación Argentina de Arquitectos (FADEA) y el patrocinio del Colegio de Arquitectos de la provincia de Neuquén.
El lote de implantación, donde se propuso el objetivo de construir un edificio que tanto ofrezca servicios de alta complejidad como que se vincule al entorno natural, se encuentra en la meseta neuquina y cuenta con una superficie de 32.700 m2. El primer premio correspondió a los arquitectos procedentes de la ciudad de La Plata, Guillermo Ariel Canutti, Bernardo Luna, Clara Gallardo, Agustín Ichuribehere y Fernando Sebastián Fariña. Conoce el proyecto en detalle, a continuación.
“Una pequeña ciudad terapéutica y flexible, entramada en un parque público en la meseta patagónica, capaz de etapabilizarse, crecer y adaptarse desde una lógica simple, repetitiva y económica, a las condiciones de programa actual y futuro. Al mismo tiempo un ámbito legible e identificable desde el usuario, sin barreras arquitectónicas, promoviendo la apropiación.”
Respecto a la búsqueda de la relación con el entorno, los arquitectos plantean una organización sistematizada por senderos peatonales, un entramado forestal donde se ubicarán futuros patios como áreas recreativas con equipamiento para el aire libre y reservorios de agua de lluvia, siendo espacios protegidos de las inclemencias climáticas como el viento. Funcionan como expansiones de la planta baja y alta y articulan espacios.
“Las decisiones proyectuales se traducen en un diseño que permite organizar con pocos componentes modulares una gran cantidad de variaciones y particularidades funcionales. Esta idea se aplica en todas las escalas del proyecto: desde la configuración inicial solicitada, la cual es posible subdividir y etapabilizar, a distintas alternativas de crecimiento futuro.”
Así se verifica la versatilidad de la propuesta, desde el aspecto funcional, que permite la adaptación, desplazamiento y renovación de áreas. Constructivamente también se rige por pocos componentes modulares haciendo uso de materiales y mano de obra local.
“La envolvente vertical y cubierta responden con recursos simples a una interacción inteligente con el medio, aprovechando la energía solar, las expansiones controladas y las relaciones visuales con el exterior, optimizando la calidad ambiental general de todos los ámbitos, minimizando los medios mecánicos de acondicionamiento.”
El proyecto ganador logra con recursos simples y limitados, incorporando eficientemente el entorno natural en la propuesta, un diseño de lectura clara que hace referencia a su locación, perdurable en el tiempo por su versatilidad.