La industria de la construcción es responsable del consumo de aproximadamente el 75% de los recursos naturales del planeta. Piedras, arena, hierro y tantos otros recursos finitos se eliminan en grandes cantidades para abastecer a los mercados. Además de la explotación, la gran cantidad de desechos generados en los sitios de construcción es preocupante, tanto en la obra misma como en demoliciones y remodelaciones. En Brasil, por ejemplo, los residuos de la industria de la construcción pueden representar entre el 50% y el 70% de la masa de residuos sólidos municipales [1]. El destino que se le da a esta basura es otro factor clave, ya que a menudo se colocan en contenedores que terminan en vertederos sin un destino adecuado, sobrecargando los sistemas públicos de saneamiento y generando la aparición de sitios informales de eliminación.