Los muros han sido durante mucho tiempo algo más que simples elementos estructurales; son lienzos que narran historias, reflejando deseos de naturaleza, espiritualidad o la búsqueda de tranquilidad y estimulación. Con los avances en píxeles LED direccionables, los muros han evolucionado hacia superficies digitales inmersivas capaces de mostrar imágenes en formatos de grandes dimensiones, adaptándose a las necesidades del momento.
Sin embargo, mientras las universidades continúan formando a arquitectos y diseñadores de interiores para crear edificios estáticos, el arte de contar historias significativas a través de pantallas digitales, especialmente aquellas con dinamismo, sigue siendo en gran parte inexplorado en los planes académicos.