Los smartphones están diseñados para recoger una serie de datos personales, desde la ubicación y la orientación hasta la vista y el sonido. Pero ¿y si estos dispositivos fuesen capaces de rastrear nuestra respuesta visceral al entorno construido?
Los arquitectos y académicos detrás de Morpholio Project han estado investigando formas en que los datos biométricos como EEG, EMG, seguimiento de la cara y la medición del pulso, podrían ser utilizados para cuantificar el impacto físico de una imagen en el cuerpo humano. Al recurrir a la industria médica, Morpholio ha estudiado la capacidad de la fotopletismografía (PPG) y ha imaginado maneras en las que podría estar integrado con un smartphone.
Con una prueba sencilla impresa en 3D, el iphone puede ser transformado en una máquina de presión arterial en miniatura que registra las fluctuaciones de la frecuencia cardíaca de un usuario mientras fotografía sus alrededores. Mediante el seguimiento de la respuesta emocional única de un individuo hacia lo que está viendo y experimentando, Morpholio cree que pueden abrir nuevas posibilidades con las que la tecnología puede evolucionar del proceso de diseño.
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