Qori significa oro en quechua, mientras que kallanka es una tipología inca conformada por grandes edificios flexibles y multifuncionales ubicados en las plazas que podían servir para alojar tanto personas como alimentos u objetos, según se necesitara. Qorikallanka vendría a ser la unión de ambos conceptos, entendidos en toda su amplitud. Ubicado en la plaza central de Huepetuhe -un lugar de explotación del oro-, se crea este centro cultural temporal concebido como una kallanka contemporánea que alberga distintas actividades artísticas y cotidianas que integren a una comunidad particularmente suspicaz y desconfiada.
El proyecto, llevado a cabo por Roman Bauer arquitectos para la asociación cultural Hawapi, se trató de montar con muy pocos recursos por lo que se acudió a la reutilización y reciclaje. Basta conocer su historia que traemos a continuación para entender lo arraigada que está dicha intervención al lugar; tanto que toma materiales y técnicas in situ para articular de forma estratégica, que luego devuelve íntegramente -sin daño ni corte- con nuevas posibilidades y conocimiento agregado. He ahí una de las mayores virtudes de la buena arquitectura temporal: que al desarmarse, no se va del todo, se queda integrada a la memoria.