Desde que Hashim Sarkis presentó el tema de la próxima Bienal de Venecia 2021, "How will we live together?", cada día este ha tenido más relevancia y sentido.
opinión: Las más recientes noticias y obras de arquitectura
Pregunta seria: ¿Cómo viviremos juntos?
¿Qué tan temporal debe ser la arquitectura de emergencia?
Inundaciones, terremotos, tsunamis, huracanes, conflictos bélicos, económicos, sociales, pandemias. La cifra de refugiados en el mundo marcando récords año tras año. Las soluciones inmediatas y temporales, a montones, marcando una diferencia entre hacer lo que se puede y hacer lo que se debe, como siempre bajo el estandarte de hacer mucho con poco. Pero, ¿qué tan pasajera termina por ser la arquitectura de emergencia? ¿es más permanente de lo que creíamos?
Queremos ofrecer a nuestros lectores la posibilidad de expresar abiertamente sus opiniones y experiencia sobre el asunto. Si fuéramos conscientes de la dificultad de sobrellevar las pérdidas totales, dando lugar a que lo temporal termine por ser "permanente", ¿Cambiaría la manera en que diseñamos la arquitectura de emergencia? ¿Demandaríamos una arquitectura de emergencia de más calidad? ¿Propondríamos otro tipo de resoluciones?
Dejamos el siguiente formulario para que nuestros lectores compartan sus ideas sobre este asunto, y las opiniones serán compiladas en un próximo artículo.
¿Cómo redefinir la arquitectura para emergencias de migración?
Actualmente a la mayoría de ciudadanos del mundo nos han direccionado hacia el confinamiento por el COVID-19. Al haber pasado ya más de dos meses en estas circunstancias, puede haber dos reflexiones genéricas - independiente a las problemáticas personales de cada hogar. La primera puede ser que nos adaptemos y vivamos en relativa armonía dentro del espacio en el que habitamos, y la segunda puede ser que el espacio habitable no sea suficiente para nuestra comodidad. Profundizaremos partiendo de la segunda con el fin de empatizar con la población que está en condiciones de riesgo y decide abandonar su vida en un lugar determinado para migrar hacia mejores posibilidades y como la arquitectura atiende o se ausenta de la emergencia migratoria.
¿Cómo será una ciudad como Bogotá tras otra histórica pandemia?
La ciudad es de todos, es el reflejo de quienes somos como sociedad por eso hay que cuidarla pues es nuestra! Tenemos un compromiso cívico.
(Cívico del latín civis / Ciudad, ciudadano del latín civitas)
Materiales a la vista, ¿moda o necesidad?
¿Tuviste que convencer a tus amigos o familiares que una pared de ladrillos a la vista puede ser más atractiva que una pared revocada o aplanada y pintada de blanco? ¿o qué las instalaciones a la vista pueden traer muchas ventajas a las hora de realizar manteminientos?¿Conectamos mejor con un marco liso donde colocar cuadros que con las texturas de los materiales a la vista?
Pregunta seria: ¿Qué tan culpable es la arquitectura de la crisis climática?
¿Tuviste que cambiar alguna vez el diseño original por su dificultad constructiva o por exceder el presupuesto, pero nunca lo has hecho si afecta negativamente al medio ambiente?
Por esta razón, queremos ofrecer a nuestros lectores la posibilidad de expresar abiertamente sus opiniones sobre el asunto. Si fuéramos conscientes de los costos ambientales de los materiales que tienen hoy en día o en las consecuencias que puedan tener en el futuro, o de las dificultades y desafíos reales y globales que ocurren en el momento de la construcción, ¿Cambiaría la manera en que elegimos y creamos nuestros diseños? ¿Sería más fácil para nosotros defender los proyectos frente a otras personas y otros profesionales?
La arquitectura moderna imperialista ataca de nuevo
Imagínese el siguiente escenario. Es 1902, y ante la gran sorpresa y desolación de los ciudadanos de Venecia, la hermosa torre de la campanilla de su Plaza de San Marco colapsa. Esa misma tarde, el consejo comunal de la ciudad vota aprobando 500,000 Liras para su pronta reconstrucción “com’era, dov’era” — “como era, donde estaba”. Ambos, los residentes del futuro y los visitantes podrán continuar disfrutando de esta hermosa estructura, misma que ha sido restaurada y ampliada muchas veces en el pasado.
Pero de repente una autoridad desde un lugar lejano exige: “¡Las nuevas regulaciones no permiten esto! Nuestras políticas de financiación requieren que “todo proyecto debe utilizar un diseño contemporáneo”, ya sólo se pueden utilizar estilos aprobados vanguardistas, y ya no pueden utilizar los estilos locales tradicionales de Venecia. Restaurar fielmente sería “falsificar la historia”, es “mezclar lo falso con lo genuino”, y ¡decretamos que esto genera consecuencias desastrosas!” Entonces el proyecto no se repara como era y algo completamente “contemporáneo” se construye en su lugar.
¿Ser arquitecto o arquitecta y no diseñar edificios?
Es común escuchar que la profesión de la arquitectura se basa en las mismas cosas: en los largos años de formación académica, en las noches de desvelo y en el pequeño mercado laboral en el que muchas personas compiten por los mismos puestos. Cuando crees que terminaste es cuando apenas comienzas. Pasan los meses o incluso los años trabajando frente a la computadora, haciendo miles de maquetas y modelos antes de ver alguno de ellos construido. Si hablamos de la rutina, los arquitectos están bastante bien entrenados y este tiempo de incesante trabajo en la oficina solo estimula la frustración.
Es por eso que la profesión se está diversificando cada vez más para brindar mejores oportunidades que permitan hacer algo más que modelos. Además, las habilidades desarrolladas durante la carrera en cuanto a sensibilidad espacial y comprensión de las demandas culturales y sociales de un lugar, se pueden utilizar de maneras muy interesantes y diversas. A continuación, 3 editores de ArchDaily hablan sobre su experiencia como arquitectos, por qué dejaron de diseñar edificios y nos cuentan sobre su trabajo actual.
Diseño a mano: un oficio subestimado
Yo fui parte de la última generación de estudiantes de arquitectura que no usaba computadoras (estamos hablando sólo de principios de los años 90, había electricidad, televisores de colores, cohetes, sólo nada de renderizaciones.) En mi último año en la universidad, calculé mal cuánto tardaría en terminar mi proyecto de título. A medida que se acercaba la fecha límite, me di cuenta de que era demasiado tarde para ir a la par con las presentaciones de mis compañeros. En ese momento, Zaha Hadid y sus pinturas deconstructivistas establecieron el estilo de la ilustración arquitectónica. Eso significaba que muchos proyectos de estudiantes se representaban en pinturas al óleo en grandes lienzos.
¿Cómo podemos arreglar la crítica en la arquitectura? Primero, pedir evidencia
Este artículo fue publicado originalmente por Common Edge como "Para reparar la arquitectura, reparar la crítica del diseño".
En arquitectura, el acto de criticar formalmente el diseño se encuentra omnipresente. La crítica es casi un rito de iniciación. Y si bien el formato de esta práctica es universal, su objetivo y propósito final no están establecidos, más allá de su amplia y a menudo vaga exigencia para mejorar un diseño determinado. Esto es un problema, porque deja una base que puede tomar la forma de cualquier discusión que surja entre un diseñador y un crítico. Si la evidencia empírica fuera introducida como la base de una crítica para las decisiones de diseño, los efectos acumulativos de este cambio podrían mejorar la credibilidad de toda la disciplina.
¿Qué tan culpables son los arquitectos de la violencia urbana?
La pregunta inicial –y con esta la propuesta de discusión– remite al título original del artículo War-chitecture: ¿How guilty are architects in urban violence? por Tomas Beverina, uno de nuestros lectores que desde Argentina nos invita a reflexionar sobre la violencia urbana y nos da motivos para iniciar un debate aún más amplio y colectivo.
Ciudad ilegal: La necesidad de discutir un modelo distinto para Lima
Según el censo del 2007, el último del que conocemos resultados, cerca del 50% de la población limeña vive en barrios urbano marginales (BUM) [1], los cuales se definen como aquellos núcleos urbanos que presentan niveles de pobreza monetaria, y carecen de servicios de infraestructura y equipamiento (MVCS 2012) [2]. Si bien el gran crecimiento de este tipo de desarrollos se dio entre 1985 y 1995, a la fecha no ha cesado la invasión de tierras del estado, significando, en su conjunto, uno de los principales problemas urbanos y sociales a resolver en nuestras ciudades.
Limpio y ordenado o atiborrado y desordenado: ¿qué estimula más la creatividad?
Si bien los arquitectos son conocidos por promover espacios elegantes y minimalistas, debemos preguntarnos: ¿es esta la mejor forma de estimular tu creatividad?
Si hablamos de preferencias al momento de trabajar, tal vez optes por una mesa completamente limpia sin ningún objeto extraviado que te pueda desconcentrar. O quizás, por el contrario, una vez sentado allí frente al vacío, no seas capaz de encontrar la inspiración en ninguna parte.
Tim Harford, autor de títulos como El Economista Camuflado (2007), investigó y recopiló una serie de ejemplos para Messy (2016) en los que "la creatividad, la capacidad de respuesta y la resilencia" eran "integrales al desorden, la confusión y la desorganización". ¿Estás de acuerdo? O quizás lo más importante, ¿qué te rodea cuando estás en el punto más álgido de tu proceso creativo?
Valparaíso: ciudad, puerto y patrimonio
Publicado originalmente en el periódico chileno El Mercurio de Valparaíso, esta columna escrita por Alberto Texido, Presidente del Colegio de Arquitectos de Chile, aborda el escenario urbano actual de Valparaíso tras el fallo de la Corte Suprema chilena al declarar ilegal el permiso de construcción de un mega centro comercial —Mall Plaza Barón— en el borde costero de la ciudad portuaria chilena.
Conocido el resultado judicial del proyecto Puerto Barón, no hay demasiado espacio para la alegría, sino para la preocupación por más de 15 años perdidos por Valparaiso, sus autoridades, empresarios y ciudadanos que no han logrado un consenso que deje atrás el abandono y la falta de inversión. Pero además de la lamentable judicialización, que ha dejado ver la incapacidad colectiva de lograr un proyecto, es ese estado de las cosas el que se ha visto superado, al menos desde una ciudadanía activa y dispuesta a levantar una nueva representación local, que desde su origen, y a diferencia de sus antecesores, ha sido capaz de poner un contrapunto y exigir máxima calidad, mejor participación y cumplimiento normativo de los grandes proyectos urbanos.
¿Un terremoto salvará Lima?
Hace algunas semanas vimos desplomarse edificios en la ciudad de Morelos en México, producto de un sismo de grado 7,1. Esa desgracia nos hizo recordar que somos igualmente vulnerables ante este tipo de desastres, y por unos días la prensa buscó en el COEN, INDECI y cuanto experto podía encontrar información sobre la posibilidad de un evento similar en nuestro país, y cómo afectaría nuestras urbes.
Como era de esperar, se puso en evidencia la gran vulnerabilidad de las ciudades de la costa, en especial Lima, y no tanto por la calidad del suelo, sino por el abrumador porcentaje de viviendas construidas sin ningún tipo de intermediación profesional, y por ende carentes de un diseño sismo resistente que aporte seguridad a sus habitantes.
¿Sabemos los arquitectos lo suficiente sobre materiales y construcción?
¿Visitaste las obras de tu primer proyecto y el constructor parecía saber mucho más que tú? ¿Tuviste que cambiar alguna vez tu diseño original por su dificultad constructiva o por exceder el presupuesto? ¿Sientes que puedes crear espacios eficientes y bien diseñados, pero te cuesta resolverlos en detalle? Es probable que te hayas encontrado en una de estas situaciones, especialmente si eres un recién graduado.
Hoy en día, el nivel de conocimientos relacionados con la construcción y los materiales parece recaer en los intereses particulares de cada estudiante. Algunos van enfocando sus carreras en el lado constructivo -eligiendo talleres relacionados o a través de cursos electivos-, mientras otros eligen profundizar en el urbanismo, el paisaje o la historia de la arquitectura. También parece depender en gran medida en el enfoque específico de cada universidad.
A pesar de que las diferencias enriquecen nuestro quehacer y permiten generar equipos variados y bien calificados para resolver distintos tipos de proyectos, estas insuficiencias educativas nos alejan -en diferentes grados- de una de las partes más importantes de nuestro trabajo: el momento en que nuestro diseño es llevado a la realidad.
La enseñanza de la arquitectura en Colombia se mueve entre la disciplina y la práctica
Las escuelas de arquitectura en Colombia aún se encuentran en proceso de definir una postura pedagógica que les identifique. La búsqueda por consolidar esta identidad no ha alcanzado un desarrollo importante en parte a la falta de investigación de la educación en arquitectura y a la naturaleza de la arquitectura como profesión, siendo esta última la que más atañe a los países latinoamericanos.
Necdet Teymur, arquitecto de la Universidad Técnica del Medio Oriente y autor de múltiples libros sobre educación en arquitectura, enfatiza en su publicación Learning from architectural education que “la arquitectura y su educación siempre han tenido el problema de no encajar en contextos disciplinarios y académicos”. Teymur separa desde la formación las conjeturas del encargo y el cliente, con las búsquedas intelectuales y el compromiso con el ideario virtual y la representación de los proyectos, obviando que muchos de los problemas arquitectónicos no pueden ser resueltos desde la arquitectura o que muchas de las narrativas clásicas y postulados modernos pueden ser complementados y ajustados a nuevos paradigmas.
Establecer una mirada crítica sobre los procesos de enseñanza en arquitectura en Colombia trae a colación la disyuntiva entre dos posturas: la primera que se desarrolla bajo un modelo disciplinar o teórico, construido virtualmente donde se refuerzan algunas partes del conjunto para ser estudiadas, y el que supone satisfacer las necesidades que derivan del mercado y la construcción física de la ciudad, donde los procesos de proyección se ven reducidos y limitados por factores ajenos a la arquitectura y que la mayoría de las veces no son discutidos en la academia.