Lejos quedaron los días de gloria de los faraones egipcios, donde las monumentales pirámides y el oro estaban a la orden del día. En la actualidad, la realidad es muy distinta y los costos de construcción se han elevado hasta el punto de detener innumerables proyectos alrededor del mundo y Egipto no es la excepción.
El megaproyecto de 117 hectáreas del Gran Museo Egipcio ha tenido que recurrir a pedir 1 dólar de donación por cada día que los turistas visiten el país para poder financiar la última etapa de construcción.
El 2002 nació esta iniciativa de la UNESCO y Hawas para construir a dos kilómetros de la necrópolis de Giza el Museo, a fin de revitalizar las exhibiciones de arte faraónico. Ya han pasado más de 10 años de eso y como es de esperar el megaproyecto no ha estado exento de polémica; Su costo se estima en 700 millones de dólares, sin embargo el ministro de Antigüedades, Mohamed Ibrahim reconoció que los recursos financieros del ministerio no son suficientes. Por otro lado el decano de la Facultad de Historia de la Universidad Americana de El Cairo Jaled Fahmi se pregunta (y no es el único) "¿Por qué levantar un museo gigantesco en mitad del desierto donde solo puede ser visitado por los turistas y no en el centro urbano donde vive la mayoría de los cairotas?".