Antoni Gaudí apenas había terminado la Casa Milá, cuando le ofrecieron un segundo proyecto que habría llamado su atención por sus enormes dimensiones. En 1908 un comerciante americano, fascinado por su atrevida arquitectura, le propuso realizar un gigantesco hotel en Nueva York. El proyecto no llegó a sobrepasar más que unos bosquejos realizados por el artista en el estilo típico de la época. Gaudí esbozó un edificio de unos 300 metros de altura (más del doble de la altura prevista para la torre princial de la Sagrada Familia). En el centro de una planta de forma anillada habría de elevarse una torre central parabólica; alrededor de ella proyectó otros edificios cupulados de alturas en progresión ascendente.
A continuación imágenes del proyecto.