Antes de empezar a diseñar, lo más importante es entender cómo se va a usar una cocina. Este es el planteamiento básico que se tiene que hacer cualquier arquitecto. Porque la cocina no puede ser el espacio sobrante, o simplemente un espacio que se definirá al final del proyecto; hay que entender que tiene flujos, distintas áreas de trabajo y eso debe llevarse a cabo dentro del proyecto general.
Más allá del estilo o el diseño requerido por el cliente, es importante definir una cierta modulación que permita optimizar su rendimiento y así minimizar los costos de fabricación de sus diferentes elementos. De este modo, las medidas de todos los componentes de una cocina tienen que estar entendidas e interiorizadas antes de definir el espacio que los albergará.