
En algunos casos, la cubierta puede convertirse en el elemento con la principal carga expresiva de un proyecto arquitectónico. La bóveda catalana -también conocida como bóveda tabicada valenciana- se estableció como un recurso constructivo de alta popularidad en las regiones de España a partir del siglo XIX, presentándose como una solución adecuada para la construcción de viviendas por su bajo costo material y su gran velocidad de ejecución. Con la capacidad de salvar luces de incluso treinta metros por módulo, esta técnica logró adecuarse a los requerimientos de la arquitectura industrial, empleándose incluso en talleres, fábricas y depósitos.