Cuando miro la arquitectura de Guillermo Acuña rápidamente recuerdo esas conocidas casas chilenas de madera que se dispersan en el territorio, las que marcan puntos lejanos sobre los cerros y desdibujan apenas las orillas de las costas, las que se elevan ligeras y se mezclan con la naturaleza, las que nos enseñan sobre la honestidad material y la conexión con el paisaje. Las que nos recuerdan de dónde venimos y lo que hace el humano.
Es por esto que nos acercamos con una breve entrevista a la oficina de GAAA, para que nos cuente la historia sobre sus inspiraciones, sus propósitos, sus exploraciones y sus proyecciones.