El papel de la arquitectura en un centro de acogida para niños va más allá de la simple construcción de un espacio físico; se trata de concebir refugios que promuevan la curación, protección y oportunidades de desarrollo. En medio de la vulnerabilidad de sus pequeños usuarios, el ambiente arquitectónico se convierte en un elemento crucial para su recuperación emocional. Cada detalle del espacio – desde la iluminación natural hasta la disposición de los ambientes – contribuye a crear una atmósfera de seguridad y acogida, favoreciendo no solo el bienestar físico, sino también el fortalecimiento psicológico y social de los niños.
Reconocido como una práctica esencial en la arquitectura contemporánea, el retrofit ha ganado protagonismo al combinar los beneficios de la revitalización de edificios existentes —sin la necesidad de demolición— con diversas ventajas económicas y sociales. Este enfoque se ha consolidado en el campo arquitectónico, tanto a través de ejemplos icónicos como por iniciativas públicas y privadas.
La arquitectura de América Latina es rica y diversa, y esto también se refleja en los tipos de piedra utilizados a lo largo de los siglos en sus diferentes regiones. Estos materiales no solo reflejan la geología variada de América Latina, sino que también muestran cómo las culturas locales adaptaron sus métodos de construcción a las condiciones naturales, creando una arquitectura única y significativa. En la arquitectura contemporánea, el uso de la piedra está alineado con las premisas de la sostenibilidad al ser un material duradero, con baja huella de carbono y localmente disponible. Su atractivo también puede ser enaltecido desde el punto de vista estético, creando espacios atemporales y que fortalecen la relación con la naturaleza y el paisaje circundante.
El mundo está mirando al Amazonas. Los datos geográficos sobre este territorio, que abarca 6,74 millones de km2, repartidos en ocho países de América Latina, aparecen constantemente en medios de comunicación nacionales e internacionales. Las cifras preferidas de materiales siempre están ligadas a su magnitud como el bosque tropical más grande del mundo, hogar del 10% de la biodiversidad mundial y responsable del 15% del agua dulce del planeta. Sin embargo, poco se habla sobre lo que sucede bajo sus árboles, en el suelo donde vive la gente.
Cuando se menciona la palabra "trópico", la imagen que comúnmente nos viene a la mente es la de un lugar exótico, siempre cálido y húmedo, sujeto a fuertes y constantes lluvias que lavan el suelo y hacen crecer descontroladamente la vegetación. Impulsado por una idealización, a lo largo de la historia, este clima tropical ha sido sinónimo de paraíso y al mismo tiempo ha sido acusado de formar personas débiles por ser demasiado indulgentes.
Afortunadamente, estos juicios y asociaciones han quedado en el pasado, dando paso a proyectos teóricos y prácticos que enumeran los pros y contras de vivir en una región de clima tropical, reconociendo las diferentes estrategias aplicadas para favorecer la adaptabilidad humana en medio de estas peculiares características climáticas.
Según un estudio realizado por el Jardín Botánico de Río de Janeiro en 2020, se han catalogado más de 46 mil especies nativas en el territorio brasileño, de las cuales casi la mitad son endémicas, es decir, ocurren exclusivamente en Brasil y en ningún otro lugar del mundo de forma natural. Un número exorbitante que refleja la diversidad de la flora encontrada en el país.
A nivel mundial, las primeras fábricas tuvieron origen en la segunda mitad del siglo XVI, albergando principalmente talleres tipográficos. Con el paso del tiempo, sus funciones abarcaron talleres de carpintería, tapicería y porcelana. Sin embargo, los edificios industriales, tal como los conocemos hoy, se consolidaron en el siglo XVIII, estrechamente relacionados con las transformaciones derivadas de la Revolución Industrial. La sustitución de la mano de obra humana por máquinas cambió definitivamente la escala de estas edificaciones, transformándolas en enormes galpones.
Designado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el 17 de junio se definió como el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, buscando sensibilizar a las personas sobre estos fenómenos, así como también promover acciones para enfrentarlos. En líneas generales, la desertificación se refiere al proceso de degradación de la tierra en regiones más áridas, causado principalmente por actividades humanas y variaciones climáticas. Este fenómeno conduce a la pérdida de cobertura vegetal, erosión del suelo y reducción de la productividad agrícola, entre otras consecuencias negativas. La sequía, por otro lado, se trata de un período prolongado de lluvias anormalmente bajas, que desencadena la escasez de agua trayendo consigo impactos severos en los ecosistemas, la agricultura y la subsistencia humana.
La piel absorbe la materia: el mundo se contempla, se toca, se escucha y se mide a través de nuestra existencia corporal. Juhani Pallasmaa, arquitecto finlandés conocido por difundir la idea de la arquitectura de los sentidos, además de la frase anterior, defiende que, a diferencia de la visión, el tacto es el sentido de la cercanía convirtiéndose así en un eje principal al cubrir todo el cuerpo. Es un hecho que, cuando se habla de tacto, la primera imagen que viene a la mente generalmente es el contacto con las manos, sin embargo, existen otras maneras de sentir la arquitectura que pueden ser pensadas y desarrolladas en los proyectos, como el tacto de los pies descalzos sobre una determinada superficie.
Cada vez que la luz incide sobre una superficie habrá una sombra, por insignificante que sea su foco. El contorno apenas será visible, pero otras formas cobrarán protagonismo en este juego de luces y sombras. En el caso de ser proyectado por danza solar, se agrega una dinámica latente a las sombras que puede ser utilizada para intensificar fenómenos cotidianos, rompiendo la monotonía del espacio. Las aberturas ortogonales en un largo corredor o las piezas tejidas en un patio son ejemplos de elementos constructivos que crean manchas de luz y sombra, trayendo además deleite estético y confort térmico a sus usuarios. De esta forma, se hace evidente que estos elementos intangibles son partes esenciales de un entorno que, mucho antes de que Louis Kahn declarara el poder de las sombras, ya estaba siendo manipulado.
Agregue hojas de col, cáscaras de naranja, cebollas, plátanos y unas rodajas de calabaza para obtener... cemento . Así es, investigadores de la Universidad de Tokio en Japón han desarrollado una técnica a través de la cual es posible producir cemento a partir de desechos de alimentos. Además de usarse en la construcción, la iniciativa innovadora también es comestible. Puede convertir el cemento hervido en una comida deliciosa ajustando los sabores, agregando condimentos y rompiéndolo en pedazos.
Por primera vez en la historia de las Copas del Mundo, el torneo se realizará entre los meses de noviembre y diciembre. Esta decisión se tomó debido al clima extremo del país anfitrión en los meses de junio y julio, cuando Qatar alcanza temperaturas promedio de 40 a 50°C.
Según la última encuesta realizada por la Organización Mundial de la Salud - OMS, en 2019 hubo más de 700.000 suicidios en todo el mundo. En Brasil, los registros se acercan a los 14 mil casos por año, o sea, en promedio 38 personas se suicidan por día. En ese contexto, se creó en Brasil el “Septiembre Amarillo”, la mayor campaña antiestigma del mundo que anima a todos a actuar activamente en la concientización y prevención del suicidio, un tema que aún es visto como tabú.
"Debemos admitir la naturaleza como una inmensa multitud de formas, incluyendo cada parte de nosotros, que son parte de todo", dice Ailton Krenak, reconocido líder indígena, en su libro 'Ideas para posponer el fin del mundo'. La cultura de los pueblos originarios no entiende a la humanidad y al medio ambiente como cosas separadas o superiores, sino como partes de un todo. A través de esta particular comprensión del universo, estos pueblos son conducidos a una apropiación sensible del territorio, con creencias estructurales que también se reflejan en su arquitectura, elevando a otro nivel el concepto mismo de sustentabilidad, ya que la naturaleza no es vista como un recurso para ser utilizado, se piensa en como parte de la comunidad.
Enormes estructuras curvas descienden en forma de rampa hasta tocar el suelo, vacíos amorfos marcan los grandes muros retorcidos a los que se accede por decenas de escalones. El rojo marca las estructuras y las distingue de todo lo demás en el centro de Nueva Delhi. Esta podría ser una descripción de un parque infantil o incluso de un parque de patinaje, pero es uno de los cinco observatorios astronómicos construidos en la India entre 1724 y 1738.
Estos volúmenes laberínticos, que se asemejan más a una materialización de los dibujos de Escher, fueron concebidos por el príncipe indio Jai Singh como parte de un ambicioso proyecto que buscaba poner la arquitectura al servicio de la ciencia. Sus formas hacen posible el análisis astronómico complejo, como la predicción de eclipses, el seguimiento de la ubicación de las estrellas y la determinación de la órbita exacta de la Tierra alrededor del Sol.