Entre los días 20 y 23 de noviembre, São Paulo fue sede del IV Seminario Internacional de Urbanización de las Favelas, un evento que promovió reflexiones sobre intervenciones realizadas en esos territorios, articulando teoría y práctica. Al incorporar la realidad brasileña como escenario de las discusiones, el seminario destacó desafíos políticos y la dificultad de reconocer las potencialidades de los espacios periféricos, enfatizando una lucha continua en toda América Latina: la búsqueda de financiamiento adecuado para acciones transformadoras y la legitimación de sus territorios. En tal contexto, este artículo enfatiza la relevancia de equipamientos públicos de calidad en las favelas y barrios periféricos, que no solo ofrecen acceso a oportunidades, sino que también fortalecen los lazos de pertenencia comunitaria. Espacios que desempeñan un papel crucial al servir como puntos de encuentro para la organización social y la construcción colectiva de un futuro más inclusivo.
El lugar donde los artistas crean sus obras desvela diversas narrativas sobre su progreso creativo, sobre la elección de sus técnicas y sus temáticas. Son lugares que guardan la memoria, la intimidad y los afectos de los creadores. Para algunos, el aislamiento y la distancia de cualquier distracción posible son las marcas de su taller. Para otros, su espacio necesita evasión y libertad. No raramente el taller se transforma en casa o la casa se transforma en taller, mezclando los usos, deseos y necesidades. Situados en un umbral entre el vivir y el crear, el ocio y el oficio, estos espacios fascinan al público amante de las artes, siendo muchas veces reconstruidos dentro de galerías de arte o transformándose en museos a lo largo del tiempo. Un lugar singular, independiente del alcance de las obras, que muestra la peculiar interacción entre el proceso creativo, las obras de arte y la imagen del artista.
Entre el silencio y el caos, damos forma a nuestro mundo. Cada espacio que habitamos susurra historias, despierta sensaciones y esculpe nuestros pensamientos. El minimalismo, con su ligereza y propósito, invita a la serenidad. El maximalismo, exuberante y vibrante, celebra la personalidad en cada detalle. Pero, ¿cómo estas filosofías afectan nuestra mente? Comprender sus impactos psicológicos puede ser la clave para crear ambientes que elevan el bienestar y hacen la vida más armoniosa.
"Sentirse en casa" es una expresión que representa las sensaciones de acogimiento y confort que transforman un espacio en un verdadero refugio. Para alcanzar esta experiencia, diversos elementos — como colores, texturas, iluminación y materiales — desempeñan un papel esencial, construyendo un ambiente que promueve relajación y bienestar. Apoyado por estudios en el campo de la psicología ambiental y neurociencia, este vínculo entre el ambiente físico y el comportamiento humano evidencia cómo la arquitectura influye directamente en la creación de atmósferas, pudiendo, incluso, transformar el caos en tranquilidad.
La forma en que los espacios son percibidos y vivenciados va mucho más allá de la estética—ellos influyen directamente en las emociones, pensamientos e incluso en la creatividad. En la práctica es fácil notar cómo ambientes amplios y con techos altos generalmente transmiten una sensación de libertad e inspiración, mientras que espacios más pequeños y cerrados tienden a inducir enfoque e introspección. Este fenómeno no es solo una impresión subjetiva, sino algo estudiado científicamente. El antropólogo Edward T. Hall, en la década de 1960, acuñó el término Efecto Catedral para describir cómo la altura de los techos impacta en la cognición y el comportamiento. Investigaciones más recientes profundizan en esta idea, demostrando cómo la arquitectura moldea nuestras decisiones y estados emocionales en diferentes ámbitos.
El desierto es un territorio en constante transformación. Moldeado por el soplo de los vientos, sus relieves, ondulaciones y fisuras aparecen y desaparecen en la inmensidad árida, como si el paisaje fuera una pantalla en movimiento. Un lugar de contrastes profundos, donde el calor implacable del día se disuelve en la frescura de la noche, revelando la naturaleza en su esencia más primitiva. Ante esta geografía mutable e indomable, ¿cómo concebir una arquitectura que no solo se integre, sino que también respete y dialogue con un ambiente remoto y en continua metamorfosis? Este es el desafío que enfrentan los proyectos hoteleros ubicados en el paisaje desértico de América Latina.
La mayoría de los habitantes de grandes centros urbanos ya debe haber deseado, al menos por un momento, cambiar el caos de la ciudad por el silencio y la tranquilidad de la naturaleza. Con el creciente deseo por esta experiencia, los sectores de turismo y hotelería en los países latinoamericanos han estado invirtiendo en complejos ubicados dentro de los bosques. Inspirados en el concepto de turismo ecológico, estos refugios están diseñados para integrarse al ambiente, utilizando materiales locales y técnicas tradicionales que respetan el ecosistema y promueven la sostenibilidad.
Washington Square Park, Nueva York, NY, 2024. Imagen de Barrett Doherty, cortesía de The Cultural Landscape Foundation
Las protestas, la desobediencia civil y el disenso no solo son una parte definitoria de nuestra historia compartida desde la era colonial, sino que también continúan hasta el día de hoy en los campus, en convenciones políticas y en otros lugares. En este contexto, algunas marchas históricas, manifestaciones y otras acciones están consagradas en nuestra narrativa colectiva, mientras que otras han caído en el olvido. Sin embargo, los paisajes culturales que sirvieron como escenarios donde ocurrieron estos eventos aún existen. Estos lugares son el foco de Landslide 2024: Demonstration Grounds y un portal para volver a involucrarse con las historias de eventos poco conocidos o incluso olvidados que fueron fundamentales en la historia de los Estados Unidos. Los trece sitios diferentes en todo el país, representados en el nuevo informe y la exposición digital de The Cultural Landscape Foundation (TCLF), abordan eventos que moldearon a individuos y desataron movimientos.
Las escenas iniciales de la premiada película brasileña “Ciudad de Dios” (2002) muestran un conjunto habitacional en la periferia de Río de Janeiro que, posteriormente, se convierte en un reducto de pobreza y violencia. A pesar de que la película transcurre en la década del 60, el conjunto habitacional elegido como escenario era un complejo recién construido.
Esta elección, de hecho, no hizo ninguna diferencia ya que, a pesar de los 40 años que separan la época retratada en la película y las filmaciones, las soluciones arquitectónicas utilizadas por los programas habitacionales en el país continuaron siendo las mismas, replicando modelos anticuados y evidenciando el estancamiento del sector.
Imagen de Wilfredo Rafael Rodriguez Hernandez, CC0, via Wikimedia Commons.
Un Río de Janeiro radiante, bañado por el sol y mecido por la brisa del mar. La playa está llena de vida—los niños corren por la arena, las familias se divierten, risas resuenan en el viento. Así es como "Aún Estoy Aquí", película brasileña nominada a tres premios Oscar, abre su narrativa: con una ciudad maravillosa que exhala alegría y libertad, un escenario que parece salido de una postal de los años 70. Pero, a medida que la historia avanza, este paisaje luminoso se disuelve en sombras, manchado por el miedo y la incertidumbre impuestos por la dictadura militar que gobernó Brasil durante más de dos décadas.
La preservación del medio ambiente y la integración armónica entre lo construido y lo natural son principios fundamentales de la arquitectura contemporánea. Para alcanzar este equilibrio, se adoptan diversas estrategias de diseño, que abarcan desde el rescate de técnicas vernáculas hasta la aplicación de tecnologías avanzadas. Sin embargo, más que el uso de sistemas constructivos específicos o de materiales innovadores, esta preocupación también puede manifestarse en el esfuerzo volumétrico que asegura la preservación de los elementos naturales existentes en el terreno. En este sentido, presentamos a continuación 15 ejemplos de casas diseñadas para preservar los árboles locales. Obras que demuestran cómo el respeto al entorno natural se traduce en decisiones formales, en las cuales la arquitectura se adapta a la naturaleza y no al contrario.
La sostenibilidad ha ocupado durante años un papel central en las discusiones arquitectónicas, abarcando no solo la responsabilidad de la arquitectura frente a los cambios climáticos y la transición hacia economías de bajo carbono, sino también la recuperación de herencias culturales y la valorización de las tradiciones vernáculas. En 2024, se destacaron proyectos y estudios que exploran el uso innovador de materiales naturales, prestando especial atención a las iniciativas del Sur Global. Estas propuestas combinan creatividad y tecnología con el aprovechamiento de recursos renovables, demostrando cómo es posible crear espacios de alta calidad que satisfacen las demandas contemporáneas de sostenibilidad y responsabilidad ambiental.
Según un estudio realizado por el Jardín Botánico de Río de Janeiro en 2020, se han catalogado más de 46 mil especies nativas en el territorio brasileño, de las cuales casi la mitad son endémicas, es decir, ocurren exclusivamente en Brasil y en ningún otro lugar del mundo de forma natural. Un número exorbitante que refleja la diversidad de la flora encontrada en el país.
El papel de la arquitectura en un centro de acogida para niños va más allá de la simple construcción de un espacio físico; se trata de concebir refugios que promuevan la curación, protección y oportunidades de desarrollo. En medio de la vulnerabilidad de sus pequeños usuarios, el ambiente arquitectónico se convierte en un elemento crucial para su recuperación emocional. Cada detalle del espacio – desde la iluminación natural hasta la disposición de los ambientes – contribuye a crear una atmósfera de seguridad y acogida, favoreciendo no solo el bienestar físico, sino también el fortalecimiento psicológico y social de los niños.
Reconocido como una práctica esencial en la arquitectura contemporánea, el retrofit ha ganado protagonismo al combinar los beneficios de la revitalización de edificios existentes —sin la necesidad de demolición— con diversas ventajas económicas y sociales. Este enfoque se ha consolidado en el campo arquitectónico, tanto a través de ejemplos icónicos como por iniciativas públicas y privadas.
La arquitectura de América Latina es rica y diversa, y esto también se refleja en los tipos de piedra utilizados a lo largo de los siglos en sus diferentes regiones. Estos materiales no solo reflejan la geología variada de América Latina, sino que también muestran cómo las culturas locales adaptaron sus métodos de construcción a las condiciones naturales, creando una arquitectura única y significativa. En la arquitectura contemporánea, el uso de la piedra está alineado con las premisas de la sostenibilidad al ser un material duradero, con baja huella de carbono y localmente disponible. Su atractivo también puede ser enaltecido desde el punto de vista estético, creando espacios atemporales y que fortalecen la relación con la naturaleza y el paisaje circundante.