Muchas veces no he podido descifrar si una edificio repleto de árboles encajaba bien en la categoría de "sustentable". De la misma manera, tuve que convencer a amigos y familiares, es decir, personas que no están familiarizadas con la idea, de que este podía estar muy lejos de serlo.
Pareciera que la gran mayoría del marketing contemporáneo en arquitectura sostenible apunta al greenwashing. Ya no existe una brecha clara entre lo que realmente puede o no contribuir a la creación de ambientes más saludables. Cuando llevamos esto a las viviendas, lo que más se construye en el planeta, se vuelve un asunto preocupante.
Con motivo de visualizar la valiosa producción de las universidades latinoamericanas y españolas, lanzamos este año una convocatoria abierta en la que invitábamos a estudiantes de arquitectura a enviar sus proyectos de fin de carrera realizados en 2020.
Tras evaluar exhaustivamente 305 propuestas, nuestro equipo de editores ha seleccionado y destacado en un primer lugar a 10 proyectos que presentan un elevado pensamiento crítico a las problemáticas propuestas. La selección no sólo valoró aquellos proyectos que entregaron la mejor arquitectura posible a través de un diseño eficiente, adecuado a su contexto, a su programa y a sus usuarios, sino también a una importante atención a la escala humana, a la experimentación y a las nuevas formas de abordar la arquitectura en las ciudades. En un segundo lugar, hacemos mención a otros 10 proyectos que hubiera sido imposible no reconocer su gran dedicación y calidad como proyecto académico.
La pandemia del coronavirus no tardó en inspirar tanto soluciones de diseño arquitectónico de vanguardia como una amplia especulación sobre futuros desarrollos en este campo. Muchas de las innovaciones realizadas han sido contratadas o comercializadas por el sector inmobiliario. Sin embargo, mientras las empresas compiten por ofrecer comodidades contra la pandemia a los arrendatarios más adinerados, la tecnología COVID-19 que afecta directamente a las comunidades de la clase trabajadora se limita en su mayor parte a medidas restrictivas que no abordan los peligros para la salud residencial o a comodidades administrativas para las inmobiliarias que les permiten eludir el escrutinio público. Estos cambios estaban previstos desde hace tiempo, pero hoy han encontrado una nueva licencia bajo el pretexto de precaución contra el coronavirus. En relación a los "negociados o estafas debido al covid", este tipo de cosas representa lo peor.
A la hora de crear espacios arquitectónicos, numerosos arquitectos y arquitectas coinciden en que no solo es importante, sino también necesario, incorporar luz natural en los interiores, abordando diversas estrategias para regular su cantidad y definir cualidades como su matiz y direccionalidad. A pesar de esto, en proyectos residenciales, donde los requerimientos de privacidad suelen ser mayores que en, por ejemplo, edificios de usos compartidos –oficinas, restaurantes, locales-, a la hora de definir las características de los cerramientos muchos optan por operar con materiales que aseguren grados de protección visual más altos y diluyan el contacto con los exteriores públicos -ya sea mediante la incorporación de elementos opacos, o mediante envolventes y tamices-. Sin embargo, hay algunos materiales que permiten asegurar el ingreso de una gran cantidad de luz natural controlada durante el día, pero sin que ello implique una pérdida de privacidad.
Posiblemente, los edificios industriales sean los que mejor ejemplifiquen la famosa frase de Louis Sullivan: la forma sigue a la función. Generalmente son edificios funcionales, eficientes, rápidos de construir y sin ornamentos. Por eso, al estudiar el patrimonio industrial de las ciudades y países, somos capaces de comprender los materiales, tecnologías y tradiciones constructivas locales de cada época, además de recordar el pasado de la industria. Rápidamente rememoramos las fábricas de ladrillos rojos en Inglaterra, así como los tragaluces utilizados para proporcionar luz natural a las fábricas y muchas otras soluciones típicas. Las estructuras metálicas y prefabricadas de hormigón son actualmente las más utilizadas debido a la combinación de eficiencia constructiva, costo y posibilidad de crear grandes vanos. Generalmente, estos galpones industriales también se caracterizan por ser extremadamente fríos e impersonales, además de tener una huella de carbono considerable. Pero la experiencia de Canadá en los últimos años es notable. En este país, los edificios de madera para programas industriales son cada vez más aceptados.
Hay dos razones principales por las que las ventanas de los barcos son redondas. Son más fáciles de sellar y, sobre todo, son más resistentes a la alta presión que ejerce el agua sobre ellas. Esto se debe a que las esquinas son los lugares donde, naturalmente, se concentran las tensiones, debilitando la estructura en su conjunto. Es también por eso que las ventanas de los aviones son pequeñas y redondeadas; las altas presiones se distribuyen en las formas curvas, reduciendo la probabilidad de grietas o roturas.
En la arquitectura, las aberturas circulares son bastante antiguas. El Oculus ha sido una característica de la arquitectura clásica desde el siglo XVI. También conocido con la expresión francesa oeil de boeuf (u ojo de buey), las aberturas circulares o semicirculares se forman a partir de la construcción de arcos de mampostería, que permiten la creación de aberturas y la formación de vanos solo mediante el cierre de las piezas. Con el paso del tiempo y la incorporación de nuevas tecnologías y conocimientos constructivos, crear aberturas rectangulares en edificios comunes se ha vuelto más sencillo, racional y económico que los redondos. Aún así, continúan figurando en una multitud de proyectos.
Cuando nos vimos en la obligación de estar en confinamiento en casa debido a la política de cuarentena auto infligida de la pandemia global por el COVID-19, probablemente se pasó una gran cantidad de tiempo mirando por la ventana. A veces, cuando estamos con cansancio por el trabajo y la vida cotidianos, solo deseamos tener una escapada rápida a los océanos y los bosques, en algún lugar cercano al verde natural.
La infraestructura verde es un enfoque que tiene como eje estratégico la planificación territorial y sustentabilidad ambiental - además, es una de las principales respuestas que están emprendiendo comunidades, municipios y gobiernos en ciudades de todo el mundo para enfrentar la crisis climática, mejorar la salud pública, disminuir la segregación social y proteger la biodiversidad. En lo concreto, corresponde a un sistema interconectado de espacios verdes diversos que sostienen una variedad de funciones y beneficios.
En la Bienal de Arquitectura de Venecia 2016, el curador Alejandro Aravena decidió reutilizar 100 toneladas de materiales descartados por la Bienal de Arte anterior para configurar el ambiente de las salas de exhibición. Además de reutilizar 10.000 m2 de placas de yeso y 14 km de estructuras metálicas, la iniciativa pretendía poner en valor, a través del diseño, algo que se desecharía como residuo. Y, sobre todo, permitió sacar a la luz una segunda observación: como arquitectos, generalmente nos limitamos a pensar en nuestros edificios durante el diseño, la construcción y, como máximo, en cómo sus partes resistirán el paso del tiempo. Difícilmente pensamos en qué será de ellos cuando sean demolidos, al final de su vida útil, y esto es algo que, con urgencia, debe entrar en el debate.
Social Urbanism: Reframing Spatial Design – Discourses from Latin America, un nuevo libro de Maria Bellalta, ASLA, decana de la Escuela de Arquitectura del Paisaje en el Boston Architectural College, es una adición bienvenida al creciente número de publicaciones sobre temas orientados a la justicia social forma de urbanismo, arquitectura y espacio público que emanan de Medellín y Colombia. Los logros del urbanismo social se han convertido legítimamente en sinónimo de Medellín en el mundo de la arquitectura del paisaje, la planificación y el diseño urbanos y la arquitectura.
ONU-Hábitat o la agencia de las Naciones Unidas para los asentamientos humanos y el desarrollo urbano sostenible, cuyo enfoque principal es hacer frente a los desafíos de la rápida urbanización, ha estado desarrollando enfoques innovadores en el campo del diseño urbano, centrados en la participación activa de la comunidad. ArchDaily se ha asociado con ONU-Habitat para ofrecerle noticias, artículos y entrevistas semanales que destacan este trabajo, con contenido directamente de la fuente, desarrollado por nuestros editores.
"Durante esta pandemia, los espacios públicos han desempeñado un papel vital en la salud y la sostenibilidad de las comunidades urbanas de todo el mundo", afirma James Delaney, presidente de Block by Block. De hecho, la gente necesita salir, ahora más que nunca. Con el fin de equipar estos espacios públicos para enfrentar los desafíos de Covid-19, ONU-Habitat con Block by Block Foundation ha estado apoyando a diez ciudades, a lo largo de este último año. Con la ayuda de los gobiernos locales y la comunidad, las iniciativas ayudaron a entidades urbanas abiertas a prueba de covid, especialmente en los barrios pobres, donde hay pocos espacios verdes y compartidos. Desde la creación de áreas de juego móviles para niños en Hanoi (Vietnam), la mejora de los medios de subsistencia de los vendedores ambulantes de Dhaka y Khulna (Bangladesh) hasta el acondicionamiento de los espacios públicos en los asentamientos informales de Bhopal (India), estas respuestas han proporcionado ayuda a quienes más la necesitan.
¿Cuántos cambios han realizado en su espacio interior durante este último año? Ya sea que se tratara de un cambio de disposición de los muebles, volver a pintar las paredes, agregar más artefactos de iluminación o tal vez incluso quitarlos, después de pasar tanto tiempo en un lugar, el espacio en el que una vez teían costumbre ya no tenía sentido. Podríamos culpar a la situación general por cómo nos hemos sentido últimamente, pero de hecho, el entorno interior juega un papel muy importante en cómo nos sentimos o nos comportamos también. Sin embargo, si se preguntaba por qué algunas y algunos vecinos parecen mucho más tranquilos y serenos incluso en medio de una pandemia, podría deberse a que el interior es más verde en el otro lado de la puerta.
Febrero del 2021 ha sido un mes histórico para la exploración de Marte. Si bien los acercamientos al planeta ya llevan más de 50 años en curso -entrando la primera nave en órbita en 1971 y aterrizando el primer rover en la superficie en 1997-, esta es la primera vez que ingresan al planeta tres sondas de diferentes países en un mismo mes (China, Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos). Si bien todas las expediciones tienen sus objetivos particulares, nutrirán la información hasta ahora disponible sobre el planeta mediante análisis profundos del terreno, recopilación de muestras y estudios diversos. Además de echar luz sobre nociones que aun desconocemos de la historia de Marte, estas misiones pretenden generar un avance sustancial que permita, en no mucho tiempo, enviar naves tripuladas a la superficie del planeta, un plan que Elon Musk visualiza para el 2022.
Todos los que alguna vez han construido algo; un modelo, una pajarera o un mueble pequeño, tienen una idea clara de la cantidad de cosas que pueden salir mal durante el proceso. Un tornillo difícil de apretar hasta el final, una tabla de madera deformada, una falta de atención o un error de cálculo que puede frustrar los planes de la noche a la mañana. Cuando transportamos esto a la escala de un edificio, con innumerables procesos y diferentes personas involucradas, sabemos lo complejo que puede llegar a ser una obra y cuántas cosas pueden salirse de control, aumentando los tiempos y demandando aún más recursos. Y si hablamos de un edificio que necesita flotar, ser autosuficiente, y completamente reutilizado una vez cumplida su vida útil. ¿Puedes imaginar los desafíos técnicos de construir algo como esto?
En todo el mundo, una nueva generación de arquitectos está desafiando el “business-as-usual” y trayendo cambios a poblaciones que antes no tenían acceso a sus servicios profesionales. Este artículo es el primero de una serie que presenta esta nueva práctica que lleva las relaciones transaccionales con los clientes a colaboraciones más profundas y basadas en la confianza. Lo llamamos arquitectura Do-It-Together.
https://www.archdaily.cl/cl/957465/por-que-la-arquitectura-do-it-together-tiene-un-potencial-radicalArchitecture in Development
Con la densidad de las ciudades y la reducida disponibilidad de suelo, el fenómeno de la verticalización se ha intensificado en ciudades de todo el mundo. Además de la verticalización de los edificios, que suele dividir las opiniones de arquitectos y urbanistas, muchas iniciativas han buscado en la dimensión vertical la posibilidad de promover la presencia del verde en los centros urbanos. Jardines, granjas o bosques verticales, huertos en azoteas y estructuras suspendidas para agricultura urbana son algunas de las posibilidades de cultivo vertical de especies vegetales, cada una con sus especificidades e impactos específicos para las ciudades y sus habitantes.
Pero, ¿sería la verticalización la solución ideal para hacer las ciudades más verdes? ¿Y cuáles son los impactos de esta acción en los centros urbanos? O, ¿cuáles son los beneficios de la vegetación que se pierden al adoptar soluciones en altura, en lugar de promover su cultivo directamente en el suelo?
Si lo piensas bien, la mayoría de los alimentos que vemos en nuestro plato tienen una historia marcada por un largo viaje que no podemos describir. Robyn Shotwell Metcalfe, en su libro Food Routes: Growing Bananas in Iceland and Other Tales from the Logistics of Eating (2019), cita como ejemplo la ruta improbable del pescado que se captura en Nueva Inglaterra, se exporta a Japón y luego vuelve como el sushi, revelando una gran y compleja red invisible a los ojos de quienes compran la bandeja de comida japonesa en el mercado de la esquina.
Como ya hemos explicado en un artículo publicado anteriormente, el concepto de modulación en arquitectura se traduce en la adaptación de un proyecto a un módulo definido, ya sea a partir de una medida concreta utilizada como base o de las dimensiones de un determinado material de construcción.
Vinculado a este concepto, pero a partir de otras definiciones, las construcciones modulares parten del estudio anterior y de la predicción de módulos prefabricados transportables para su montaje en obra, por lo que suelen completarse de forma más rápida y eficiente en comparación con las tradicionales.
Es cierto que todas las tendencias son circulares, y lo que una vez se consideró antiguo y obsoleto se vuelve nuevo y moderno de nuevo, específicamente en moda, música, arte y especialmente arquitectura. Desde mediados del siglo XX, la arquitectura brutalista ganó popularidad antes de alcanzar su punto máximo a mediados de la década de 1970, cuando fue ignorada por ser demasiado estilística y no ajustarse a las necesidades de los clientes que querían que sus edificios se sintieran atemporales. Pero el amor por estas bestias de concreto se enfrenta a un resurgimiento y una apreciación renovada por este estilo arquitectónico que va en aumento.
Metafóricamente, construir puentes equivale a crear nuevas oportunidades, conexiones y caminos. Los primeros puentes posiblemente surgieron de forma natural con la caída de troncos sobre ríos o depresiones naturales, y el ser humano ha estado construyendo estructuras rudimentarias para superar obstáculos desde la prehistoria. Los avances tecnológicos han hecho posible la construcción de puentes impresionantes y esculturales, que juegan un papel clave en la conectividad. Ya que habitualmente necesitan superar grandes vanos, con pocas posibilidades de soporte, estructurarlos no es una tarea tan sencilla. Sin embargo, ¿qué pasa cuándo, más que una conexión entre dos puntos, el puente es también un edificio con un programa complejo? ¿Cómo se puede estructurar?
La siguiente publicación de Gehl con el título 'Masterplan Framework with ecology at its heart' es un interesante caso de estudio en Huechuraba, Chile. En esta, el equipo conformado por David Sim, Esben Neander Kristensen, Alexander Spitzer y Tamara Kalantajevska evidencian su paso por la región con la creación de un específico marco para un plan urbano que pone a la ecología en el centro:
Muchas veces no he podido descifrar si un edificio repleto de árboles encajaba bien en la categoría de sustentable. De la misma manera, tuve que convencer a amigos o familiares, es decir, personas que no están familiarizadas con la idea de infraestructura verde, de que este podía estar muy lejos de serlo.
La gran mayoría del marketing contemporáneo en arquitectura sostenible corresponde principalmente al greenwashing. Ya no existe una brecha clara entre lo que realmente puede o no contribuir a la creación de ambientes más saludables. Cuando llevamos esto a las viviendas, lo que más se construye en el planeta, se vuelve un asunto preocupante. Entonces nos preguntamos, ¿Qué hace que una casa sea "verde"?
Una reciente colaboración entre el equipo de Mario Cucinella Arquitectos (MC A) y WASP, especialistas en Impresión 3D en Italia, ha dado como resultado la primera construcción impresa en tres dimensiones que utiliza un material natural, reciclable y carbono neutral: la tierra cruda. El prototipo de vivienda circular se llama TECLA y fue levantado en Massa Lombarda (Ravenna, Italia), a través de múltiples impresoras 3D sincronizadas para funcionar al mismo tiempo.
“Este tipo de proyectos son de vital importancia, porque buscan revertir la inestabilidad social, económica, urbana y política, brindando atención organizada a las necesidades comunitarias y creando plataformas construidas que sirven de articulador entre la escala intra personal, y la intra institucional.” Extracto de la memoria del Centro de Desarrollo Comunitario / OCA + BONINI
Desde el año 2008, cada 20 de febrero, la celebración del Día Mundial de la Justicia Social busca apoyar y promover la labor de la comunidad internacional encaminada a lograr el desarrollo sostenible, erradicar la pobreza, promover el pleno empleo, el trabajo decente, la protección social universal, la igualdad entre los géneros y el acceso al bienestar social y la justicia para todos y todas. Para las Naciones Unidas “La justicia social es un principio fundamental para la convivencia pacífica y próspera, dentro los países y entre ellos", representando el núcleo de su misión en la promoción del desarrollo y la dignidad humana.