La rehabilitación implica reparar, renovar, alterar o reconstruir cualquier edificio o estructura. Aborda la necesidad de mejorar significativamente las características defectuosas de un edificio, principalmente mediante el fortalecimiento o el reemplazo de ciertos elementos para restaurar el rendimiento óptimo de su estructura. El impacto de la rehabilitación de edificios en el entorno físico es significativo. Se trata de una estrategia sostenible para preservar el entorno construido y mitigar el impacto de la industria de la construcción en el cambio climático.
Sin embargo, su impacto social también es considerable cuando se lo contempla como un marco fundamental para lograr resultados sostenibles. La rehabilitación puede servir como modelo que reúna a los miembros de la comunidad para la reparación y restauración inclusiva de estructuras. Esto afecta positivamente la calidad de vida comunitaria, la integración social, la sostenibilidad ambiental y la percepción comunitaria de la arquitectura local.
Durante mucho tiempo, la industria de la construcción ha seguido un proceso lineal: extraer materias primas, construir estructuras, demolerlas y luego eliminar la basura en los vertederos. Este enfoque tiene graves efectos negativos sobre el medio ambiente y la sociedad, y es inherentemente insostenible. Reconsiderar los métodos y flujos de trabajo tradicionales requiere el apoyo de todas las partes interesadas y un sentido de urgencia proclamado por las autoridades. En Estados Unidos, las organizaciones urbanas han comenzado a implementar nuevas políticas para mantener los desechos de la construcción fuera de los vertederos y apoyar prácticas circulares. Varias ciudades como Seattle y Pittsburgh han empezado a implementar ordenanzas de deconstrucción que exigen que los edificios más antiguos sean cuidadosamente deconstruidos en lugar de demolidos. ¿Cómo podrían sus disposiciones clave influir en las prácticas circulares en el país?
La economía urbana en América Latina ha desempeñado un papel esencial en la transformación de las ciudades, influyendo tanto en el desarrollo económico como en la estructura social de las ciudades.
La ciudad no sólo es el motor del desarrollo económico, sino también una máquina para el desarrollo social. Es ampliamente reconocido que existe una relación positiva y estable entre la tasa de urbanización en un país y su desarrollo social, pero dicha relación es directamente proporcional a la calidad urbana.
La arquitectura siempre ha jugado un papel clave al momento de dar refugio y protección a los seres humanos. En tiempos prehistóricos buscábamos protección en cuevas, aprovechando las estructuras rocosas para resguardarnos del clima y los depredadores. Con el tiempo, los refugios comenzaron a fabricarse con materiales que se encontraban en la naturaleza, como ramas, hojas y pieles de animales, evolucionando hacia viviendas más permanentes y complejas, con paredes de piedra, ladrillos o madera, techos para protegerse de la lluvia y el sol, y puertas para controlar el acceso. A medida que desarrollamos habilidades de construcción más avanzadas, la arquitectura ha evolucionado significativamente, levantando templos, palacios y fortificaciones que no solo proporcionaban refugio, sino que también simbolizaban poder, estatus e identidad cultural. Aun así, nuestros edificios pueden seguir siendo vistos como corazas que nos protegen del mundo exterior.
Desde las enormes piedras de los templos griegos hasta los rascacielos acristalados, trabajamos con una variedad de posibilidades y espesores para separar lo que consideramos interior y exterior. En este artículo exploramos la diversidad de espesores en la arquitectura, desde materiales simples hasta técnicas de construcción complejas, destacando cómo esta variación no solo entrega protección sino que también influye en nuestra percepción e interacción con el entorno construido.
https://www.archdaily.cl/cl/1014929/explorando-espesores-en-envolventes-arquitectonicas-de-velos-finos-a-barreras-gruesasJosé Tomás Franco and Eduardo Souza
Acorde a las condiciones climáticas de cada región y su entorno de implantación, los cerramientos exteriores juegan un rol fundamental al proporcionar a los espacios interiores las condiciones de climatización y ventilación necesarias para que se vuelvan habitables y confortables. Si bien existen diversas estrategias y diseños bioclimáticos que pueden aplicarse para alcanzar la eficiencia energética, la determinación de la materialidad, la elección de los herrajes y la definición de las tecnologías de apertura y cierre colaboran en el desempeño de las fachadas aportando funcionalidad y un alto grado de adaptabilidad a los usos contemporáneos, entre otros factores.
El oficio de la arquitectura es definitivamente una práctica de aproximarse al otro. Si bien el producto que se espera del arquitecto es un elemento materializado, este debe responder de la manera más sensible a los habitantes que van a usar dicho elemento, es decir, a las personas que van a habitar ese espacio.
Alrededor de los años 80s y 90s se evidencia un momento de ruptura en la comprensión de ciertos fenómenos sociales que eran estudiados desde las Ciencias Sociales; es así que la espacialidad se convierte en un tema clave para ubicar los fenómenos sociales en espacios materiales. Esto dio paso a que surja una nueva perspectiva de investigación desde el llamado “Giro espacial en las Ciencias Sociales”. El cual, tiene como fin, ubicar en espacios materiales y concretos a los fenómenos sociales como el habitar, reconociendo que existe una agencia del espacio material sobre la vida social de las personas y viceversa.
El papel principal de la arquitectura es crear estructuras que nos protejan del medio ambiente y, a su vez, espacios seguros y cómodos para todo tipo de necesidades y actividades. Al proporcionar refugio, la arquitectura también moldea la forma en que las personas interactúan con su entorno. Sin embargo, las tecnologías de construcción del pasado rara vez lograron crear una separación completa entre nosotros y el mundo exterior.
Si bien la impermeabilidad era un resultado deseado, los materiales de construcción porosos disponibles siempre permitían que algo de agua, viento o partículas externas se filtraran a los espacios interiores. Por el contrario, las tecnologías modernas ahora permiten envolventes de edificios casi completamente impermeables, generando una separación completa entre el interior y el exterior, y confiando así en sistemas de ingeniería para regular la temperatura, el flujo de aire o la humedad. Este artículo explora las diferencias entre estos dos enfoques contrastantes, indagando cómo se equipan las fachadas de los edificios para regular el confort interior y su impacto ambiental.
Los estudios de arquitectura suelen comenzar su proceso de diseño con un cliente, que proporciona un programa y un sitio. Alejandro Haiek, fundador de The Public Machinery, aborda las cosas de otra manera. The Public Machinery se describe a sí misma como una red de arquitectos y diseñadores que trabajan colectivamente, observando, imaginando y proponiendo intervenciones urbanas públicas de manera activa. Sus propuestas se encuentran en la intersección del arte, la arquitectura y la ingeniería, y entrelazan el compromiso comunitario, la ecología y las nuevas tecnologías en formas innovadoras de infraestructura social. Obtienen financiación a través de investigación y subvenciones públicas, lo que les permite crear espacios públicos que desafían las expectativas tanto en su proceso de diseño como en la forma que adoptan sus proyectos.
Las fachadas de ladrillos de vidrio han surgido como una tendencia arquitectónica fusionando la elegancia perdurable del vidrio con la resistencia robusta de los ladrillos. Al mismo tiempo, los ladrillos de vidrio también pueden ser más resistentes térmicamente que los acristalamientos convencionales.
Estas fachadas añaden un efecto pixelado que juega con la luz y la sombra, transmitiendo perfectamente la luz, al tiempo que mantienen la privacidad. La forma en que las fachadas de ladrillos de vidrio suavizan y mezclan las vistas del exterior puede aumentar la calma y la concentración. Desde elegantes edificios comerciales hasta proyectos residenciales de vanguardia, las fachadas de ladrillos de vidrio continúan empujando los límites de la innovación arquitectónica, cautivando tanto a diseñadores como a observadores por igual.
CityMakers, la comunidad global de arquitectos que aprenden de ciudades modelo y de sus “makers”, está trabajando con Archdaily para publicar una serie de artículos sobre Barcelona, Medellín y Róterdam. Sus autores son los propios arquitectos, urbanistas y/o estrategas de los proyectos que han transformado estas tres ciudades y que se conocen en las “Escuelas de Ciudades” y “Cursos-Documentales” realizados por CityMakers.
En esta ocasión, Jaume Barnada, coordinador del premiado proyecto de Refugios Climáticos en las escuelas de Barcelona y ponente en las “Escuelas de Ciudades”, nos presenta su artículo “Barcelona, el lugar público como sinónimo de adaptación de la ciudad construida”
Las ciudades son espacios construidos y densos en los que los pavimentos se han impuesto eficientemente al suelo natural. Ciudades como Barcelona tienen casi un 75% del suelo pavimentado e impermeable. Sin duda es un exceso a revertir en un momento de emergencia climática, donde debemos reencontrarnos con la naturaleza. Oriol Bohigas[1]nos decía que la buena urbanización había hecho pavimentar las plazas de las ciudades mediterráneas y que nadie quería vivir en un barrizal. Seguro que tenía razón. También, nos enseñaba que el verde y, en consecuencia, el suelo natural tenía que disponer de dimensión y en especial de posición urbana. Las plazas son plazas y los parques son parques, y cada espacio tiene un tipo de proyecto.
El bambú, conocido por su resistencia y respeto al medio ambiente, a menudo se enfrenta a un adversario formidable: insectos y hongos. A pesar de su resiliencia, estas plagas pueden comprometer su durabilidad con el tiempo. Sin embargo, existe una solución sencilla pero eficaz para reforzar la longevidad y robustez del bambú. En este artículo, presentamos el método de difusión por remojo vertical (VSD), un enfoque económico que garantiza que los proyectos de bambú resistan la prueba del tiempo.
La fachada de un edificio a menudo sirve como reflejo tanto del tejido urbano en el que se encuentra como de lo que hay detrás de él. Más allá de la estética, las fachadas tienen un importante significado funcional, cultural y sostenible, especialmente en relación con el diseño de interiores. Aunque la fachada influye en la luz natural, las vistas y la organización espacial, los arquitectos y arquitectas han dado prioridad a la relación entre la envolvente del edificio y la calidad del interior, teniendo en cuenta los cambios culturales, económicos y ambientales actuales que influyen en la forma en que las personas diseñan su espacio de vida. Entonces, para responder a estas necesidades y hábitos en constante cambio, junto con el enfoque en el bienestar general, los arquitectos/as compensan la fachada y el techo (y, en algunos casos particulares, los pisos) para crear interiores dentro de interiores; envolventes secundarias que protegen el espacio interior del ambiente exterior.
Como método de fabricación aditiva, la impresión 3D se ha caracterizado por la construcción de objetos mediante la deposición horizontal de material, capa por capa. A pesar de su utilidad, este enfoque todavía restringe la fabricación de elementos y limita la forma de los primeros prototipos al rango que permite la adición de material en una sola dirección, dificultando la creación de formas complejas con curvas suaves.
Sin embargo, el equipo de la Cátedra de Tecnologías de Construcción Digital en la ETH Zurich—integrando el diseño computacional, la fabricación digital y los nuevos materiales—ha estado explorando un innovador sistema robótico de fabricación aditiva no planar. Este método facilita la impresión de estructuras delgadas con doble curvatura, ampliando significativamente las posibilidades de su aplicación en la arquitectura a mayor escala.
Durante décadas, nuestra sociedad ha adoptado predominantemente un enfoque extractivista al formular modelos para la fabricación de materiales en diversas industrias. Si bien ahora sabemos que este modelo es insostenible, queda una pregunta importante: ¿cómo lo hacemos? Puede que todavía estemos lejos de ofrecer una respuesta definitiva a este desafío, pero aún así, es emocionante observar que, en un contexto marcado por un horizonte global y ecológico desafiante, la comunidad arquitectónica mantiene un enfoque positivo al presionar por una reevaluación de lo que hacemos y cómo lo hacemos.
Este impulso puede estar ganando relevancia debido al surgimiento de generaciones más conscientes en relación al medio ambiente, como la Generación Z y Alpha. Lo cierto es que estamos asistiendo al desarrollo de nuevas filosofías de producción, como la de materiales de origen vegetal, que adoptan prácticas encaminadas a favorecer el uso de recursos derivados de las plantas, reducir la dependencia de procesos extractivos y promover alternativas conscientes y sostenibles en diversos aspectos de la fabricación y producción de materiales en la arquitectura.
https://www.archdaily.cl/cl/1014475/cosechando-la-arquitectura-una-mirada-a-tres-materiales-de-origen-vegetalEnrique Tovar
¿Qué es la simetría en la arquitectura? ¿Por qué se utiliza para proyectar espacios? ¿Qué ventajas y desventajas presenta frente a otras herramientas de proyección como la rotación, traslación y/o repetición? La arquitectura contemporánea evoluciona día a día implementando diferentes estrategias para crear espacios habitables donde las personas puedan realizar sus actividades cotidianas, cumplir sus necesidades y demás. Considerando a la simetría como un posible medio de organización, distribución y movimiento en el plano, la arquitectura se expresa y comunica en gran medida a través de medios gráficos (planimetrías, volumetrías, fotografías, etc.) en una relación que busca la convivencia, en la mayoría de los casos, de espacios, proporciones y escalas en armonía.
Los principios de la economía circular han sido más influyentes y aplicables a la industria de la construcción. Haciendo hincapié en el uso eficiente de los recursos, las prácticas de arquitectura global son cada vez más pioneras en los modelos de reutilización y reciclaje de componentes y materiales. El concepto de "diseño para el desmontaje" se ha convertido en un enfoque innovador, especialmente en el caso de las fachadas de los edificios. Lograr un equilibrio entre las demandas de nuevas infraestructuras y la transición hacia la sostenibilidad requiere una revisión del diseño de fachada tradicional a lo largo de su ciclo de vida.
Como un material altamente transparente que resiste todas las condiciones climáticas excepto las más extremas, se le puede dar fácilmente cualquier tamaño o forma y, una vez constituido, durará miles de años. El vidrio sigue siendo uno de los materiales más innovadores y cruciales utilizados en la arquitectura. Aunque las prácticas de construcción contemporáneas nos permiten formar enormes y relucientes rascacielos de vidrio que se elevan cientos de metros en el aire, el propósito original de este antiguo material (permitir la entrada de luz en interiores seguros y herméticos) continua siendo el más importante más de mil años después.
Por muy valioso que sea el vidrio para casi todos los tipos de arquitectura en forma de ventanas, cuando se trata del techo de un edificio, su uso no es tan simple. Hemos comprendido el poder y el peligro de combinar luz y vidrio desde que vimos una lupa utilizada para concentrar el calor de la luz solar en temperaturas increíblemente altas en los dibujos animados infantiles. Bajo una cubierta de vidrio, la ganancia solar puede generar ambientes internos incómodos sin las precauciones de protección adecuadas.
El campo de la arquitectura y el diseño es dinámico, a menudo gestiona inversiones a gran escala e involucra a una amplia gama de profesionales. Es lógico que, en este tipo de entorno, el éxito no se defina simplemente por la calidad de las estructuras terminadas, sino también por la capacidad interna de las firmas de arquitectura para gestionar eficazmente sus operaciones comerciales. Para arquitectos/as y diseñadores, medir el desempeño va más allá de las métricas financieras; abarca una amplia gama de factores que reflejan la eficiencia, la creatividad y el impacto de la oficina dentro de la industria.
Se pueden medir varias métricas clave, desde objetivos financieros hasta gestión de relaciones con los clientes, innovación, influencia y desarrollo profesional, para ayudar a los profesionales de la arquitectura y el diseño a evaluar su desempeño desde diferentes perspectivas. Como dice el famoso refrán: "Lo que se mide, se gestiona". Para colaborar en este esfuerzo, el Informe de Referencia Empresarial de Arquitectura 2024 de Monograph ofrece un examen exhaustivo de cinco métricas clave.
El patrimonio arquitectónico que conformaron los primeros pobladores de la región de Aysén, lo que en un principio fuese la expresión mínima del habitar, un espacio destinado a proteger al usuario de las inclemencias del clima, y que luego evolucionaría de manera intrínseca a las necesidades cambiantes de los residentes, en el plano simbólico representan una identidad arquitectónica vernácula en madera.
En la actualidad, con algunas excepciones, las pocas casas en pie de los primeros años de colonización espontánea en la región presentan un avanzado deterioro. Destinadas a bodegas o espacios anexos a la vivienda principal debido al desgaste de los materiales, la inexistencia de instalaciones, o su precario aislamiento térmico.
De igual forma, las viviendas más complejas y de mayor tamaño que pertenecen a un período más reciente, construidas especialmente en áreas urbanas, si bien la gran mayoría se encuentran todavía habitadas, son evidentes los procesos de desgaste de sus estructuras. Esta condición inestable guarda estrecha relación con sus ocupantes, en su mayoría adultos mayores que no tienen los recursos económicos, ni la capacidad física para emprender las mejoras necesarias.
Al momento de indagar en la envolvente de la construcción y cómo se relaciona el interior con el exterior, la figura de los invernaderos aparece como una oportunidad para generar vida en un interior a partir de factores externos o no. Conocido como aquel espacio recubierto por vidrio o cualquier otro material plástico transparente, el invernadero permite cultivar hortalizas y plantas ornamentales durante épocas con condiciones climáticas externas que no permitirían realizarlo fuera. Pero, ¿qué involucra diseñar para las plantas? El clima, las especies, el diseño de estructura y el tipo de cubierta son sólo algunas de las consideraciones a tener en cuenta.
Expandiendo más allá del 8 de marzo, ArchDaily reconoce y celebra las contribuciones de las mujeres que influyen en el desarrollo del entorno construido a nivel global. El tema "Mujeres en la Arquitectura" es central en nuestra estrategia de contenido, subrayando nuestro compromiso diario de resaltar el rol y el impacto de las arquitectas.
La arquitectura, una vez que salió de sus cavernosos inicios, comenzó siendo en gran medida nómada. Durante mucho tiempo, se utilizó la sombra de los árboles y las tiendas móviles hechas de pieles de animales en lugar de viviendas más permanentes para satisfacer los estilos de vida nómadas y las necesidades básicas de supervivencia. Estas primeras estructuras portátiles estaban sostenidas principalmente por marcos de madera y fueron utilizadas por varias civilizaciones antiguas, incluidos los beduinos de la Península Arábiga y las tribus nativas americanas de América del Norte. La llegada de las telas tejidas hace unos 40.000 años hizo que las viviendas fueran aún más ligeras y fáciles de transportar, una bendición para las culturas nómadas de todo el mundo.
Aunque las carpas continuaron siendo populares desde entonces en contextos recreativos y como elemento básico de la forma arquitectónica, la arquitectura contemporánea ha redescubierto el principio de la tela drapeada y ha llevado su desarrollo más allá, no sólo para estructuras temporales, sino también para edificios e instalaciones permanentes. Los materiales avanzados y duraderos han convertido las telas en una alternativa para fachadas y techos que ha generado un sector altamente especializado dentro de la industria de la construcción y ha creado algunos de los exteriores más intrigantes del mundo.
“Los arquitectos paisajistas han iniciado conversaciones sobre el carbono incorporado. Nos damos cuenta de que ya no podemos ignorar las partes grises”, sostuvo Stephanie Carlisle, investigadora principal del Carbon Leadership Forum y la Universidad de Washington, durante el primero de una serie de seminarios web organizados por el Comité de Biodiversidad y Acción Climática de ASLA.
Las piezas grises representan el hormigón, acero y otros productos manufacturados en los proyectos y las conversaciones producidas están sentando las bases para dejar de utilizar estos materiales. Los arquitectos paisajistas líderes climáticos que impulsan estas conversaciones ofrecen formas prácticas de descarbonizar los proyectos y especificar materiales bajos en carbono.
Varios eventos han moldeado a Marruecos desde su independencia. Uno de ellos es la transición de los arquitectos de servir al declinante imperio francés a servir a la recién independiente nación marroquí. Tras obtener la independencia en 1956, jóvenes arquitectos marroquíes y extranjeros tuvieron la tarea de construir un Marruecos autosuficiente. La demanda de infraestructura moderna, nuevos edificios administrativos y mejores instalaciones educativas y de salud llevó a un auge de la construcción. Este auge brindó a los arquitectos y urbanistas la oportunidad de expresar su visión.
Inspirados por la popularidad del modernismo en Europa, los arquitectos experimentaron con edificios que encarnaban el brutalismo. Este estilo arquitectónico no solo fue una rebelión contra la visión colonial del diseño urbano en Marruecos, sino también un símbolo de unidad arquitectónica en el paisaje urbano. Los edificios fueron creados en varias tipologías con la característica de concreto expuesto, mostrando sus cualidades inherentes de resistencia, durabilidad y funcionalidad. Estos edificios, que se pueden ver en ciudades como Agadir, Casablanca, Tánger y partes de Marrakech, representan un diálogo entre el brutalismo y la cultura, el entorno y el clima marroquíes.