Mientras los muros perimetrales se destruyen, un nuevo trazado se dibuja en la antigua pista del ex-aeroparque de la ciudad de Mendoza. El avance del nuevo proyecto de refuncionalización impulsado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el gobierno de la ciudad busca reusar el predio vacante de 72 hectáreas para la exploración y el desarrollo de una ciudad más abierta, inclusiva y carbono neutral. Este masterplan pone el foco en estrategias que abordan la sostenibilidad ambiental y climática, la gestión eficiente de energía, agua y saneamiento, la vivienda, la movilidad y los espacios públicos accesibles, junto a la inclusión de grupos vulnerables y el desarrollo social local. El plan contempla la inserción de infraestructura, parques y espacios verdes, usos comerciales, gastronómicos, polo tecnológico y de innovación, y el desarrollo de nuevos modelos de vivienda unifamiliar y colectiva: "la vivienda del futuro".
La presentación oficial del proyecto, frente a autoridades del gobierno de Mendoza, integrantes del BID, estudiantes, y demás invitados, se llevó a cabo en el mismo predio del ex-aeroparque. En este contexto, fue convocado el reconocido arquitecto paraguayo Solano Benítez a participar en la construcción de una pérgola de acceso para la "ciudad del futuro" que siguiera el marco técnico del proyecto urbano en torno a la economía circular, buscando vincular lo artesanal y lo pre-fabricado para "pasar de una construcción tradicional basada en mecanismos que tienen altísima energía embebida, a la reutilización de materiales con menor gasto energético", según indican los arquitectos y urbanistas Felipe Vera y Matías Lince desde el BID. Partiendo de la exploración de las posibilidades constructivas del ladrillo, material utilizado por excelencia en la construcción paraguaya, la arquitectura desarrollada por Benítez es una arquitectura enfocada en promover soluciones arquitectónicas de forma eficiente y local, priorizando el uso inteligente de la materia.
Durante el evento, Benítez presentó sobre la crisis actual que enfrentamos a nivel global, en donde la utilización de los recursos crece exponencialmente a medida que incrementa la demanda energética que requiere la creación de albergue y lugar en las ciudades. "Cuanto más compleja se vuelve la vida, mayor demanda energética nos exige. Y eso se traduce a que la misma crisis de la energía, es la crisis de la materia. Lo que tenemos que aprender a hacer en los próximos años es construir con la menor cantidad de materia y utilizar la menor cantidad de energía para poder hacerlo", señaló Benítez. "Observar y encontrar la materia de desecho, restos de demolición, escombros, y cascotes, y con un poco de imaginación, ser capaces de volver a combinarlos y volver a procesarlos, usando la menor cantidad de ellos para satisfacer la demanda y al mismo tiempo intentar usar la menor cantidad de energía."
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Ciudad del Futuro: El proyecto para transformar el antiguo Aeroparque de MendozaImaginar un portal de bienvenida, un arco, un pórtico, una puerta. Imaginar cómo construir una señal de bienvenida a un tiempo nuevo, a un tiempo de encuentro y a una manera de hacerlo, que ponga en disposición de disponibilidad a las personas con ganas de construirse y conseguirse un futuro mejor. - Solano Benítez
La pérgola proyectada tendrá 200 metros de largo y se construirá con un sistema simple de cables de acero superpuestos que irán de lado a lado de las columnas de apoyo, y donde se colocarán paneles prefabricados construidos con ladrillos de demolición y concreto compuesto con una fibra con resistencia a la tracción. Estos paneles están diseñados para que cualquier persona los pueda fabricar sin la necesidad de ninguna capacitación técnica muy compleja. "Las piezas están diseñadas para que principalmente integremos la materia que el planeta ya pagó su costo energético y que normalmente serían desechos para que encuentren una segunda y una tercera oportunidad."
A modo de prototipo, durante el evento de presentación, se desarrollaron talleres de capacitación a la comunidad con la participación de estudiantes de distintas universidades de arquitectura de la zona, en donde se fabricaron los paneles para el armado de un pórtico de acero de 9x9 metros que funcionó como soporte de un gran entramado de paneles de concreto y ladrillo de descarte. Una construcción con materiales simples, en donde las baldosas conforman una especie de tejido texturado que queda suspendido a través de cables de acero y unidas entre ellas en sus cuatro vértices. El resultado es una instalación en donde el sistema de montaje queda casi invisibilizado para dar paso a un juego de luces y sombras generado por las propias baldosas que parecen flotar, exponiendo así la contradicción de liviandad para nada propia del concreto y el ladrillo.
Se espera que la pérgola además de ser la puerta de entrada, sea además un punto de encuentro, un gran manto de sombra sobre una plaza pública en donde los usos de ese lugar sean luego definidos e imaginados por la misma comunidad que ha tenido la experiencia de haber construido ellos mismos ese espacio.
Tuvimos la oportunidad de conversar con el arquitecto Solano Benítez quién nos comentó más detalles del proyecto y de su experiencia trabajando en Mendoza.
AD: ¿Quiénes participarán de la construcción del pérgola de acceso y los paneles que la conforman?
SB: La idea es que pueda participar cualquier persona de toda la comunidad. Además de que es una construcción extraordinariamente económica, por el bajo costo de hacer un panel y estos materiales que no cuestan nada, con la mano de obra va a ser una construcción participativa y colaborativa. Una construcción que no tiene que aguantar a compresión, a torsión, sino solamente a flexión. Y si hay terremotos pues se balanceará un poco sin problemas.
AD: ¿Hay algo de este proyecto que haya traído alguna nueva exploración o aprendizaje en cuanto al diseño y el uso del material?
SB: Todo el tiempo se hace para aprender y se aprende haciendo. Lo que se busca son esas eficiencias. Acá la normativa es mucho más exigente en torno a ciertas cosas, como por ejemplo con los movimientos sísmicos. Todo va a sacudirse y vibrar. Emprender los desafíos de la aprobación de todo eso va a requerir mucho ingenio, porque estamos construyendo de la manera en que no se construye en la zona, con materiales que tampoco son los adecuados. Esa creatividad siempre es una buena herramienta.
En lo material, además de lo que podamos agregarle de aditivo o fibra o vibrado de los paneles, que también será un aprendizaje en la medida en que vayamos haciéndolos y que busquemos cada vez más eficiencia. No estamos buscando reproducir algo, lo que estamos tratando es ser lo más eficiente. Seguro que ese hacer va a generar un nuevo conocimiento. Además, por primera vez en mi trayectoria estamos haciendo un proyecto a distancia en asociación pública y privada, y esas son experiencias que para mí son increíbles.
AD: ¿Cómo se conecta esto con la ciudad del futuro y el resto de los proyectos del masterplan?
SB: Dentro del masterplan hay distintas consultorías. Por ahora están apareciendo las distintas unidades que van a empezar a actuar y a movilizar acá en el predio. Yo soy una de ellas, con el proyecto de la pérgola y el pórtico. Lo que esperamos es que la pérgola de acceso al espacio público sea una señal y esa primera puerta, donde todos están convocados a construirla y atravesarla, construyendo a su vez ese tiempo y ese futuro mejor.
Si nosotros logramos hacer proyectos para que cualquiera pueda construir sin especialidad, entonces liberamos un potencial de materia, un potencial de energía que empieza a transformarnos positivamente y no en detrimento de nuestra calidad. Así que para mí es un enorme orgullo pretender que tal vez este pórtico de 200 metros sea esa señal contundente y definitiva, que invite e indique que la casa está abierta, la puerta está puesta, la sombra está tendida y que ahora vengan a que sigamos pensando juntos nuestro mañana.
